By Reporteros Vallarta Opina en Línea
Puerto Vallarta
Un tesoro de lo más preservado y escondido en todo Jalisco, es sin duda el misteriosos y pintoresco pueblito de San Sebastián del Oeste. Como atrapado en el tiempo, permanece congelado en su arquitectura colonial, con pequeñas casas de piedra y adobe, techos de tejaban y puentes de arco sobre arroyos fríos.
Esta icónica población, que hoy tan solo alberga a unos 5 mil 600 habitantes, llegó a ser un importante centro minero durante la época colonial española, siendo hogar de hasta a 20 mil ciudadanos.
Fue descubierto y conquistado por los españoles en 1524 por el capitán Francisco Cortés de Sanbuenaventura, sin resistencia de los pueblos indígenas. Se fundó como poblado colonial español incluso antes que Guadalajara.
En 1542 se descubrieron minas de oro y otros metales, por lo que comenzó a ser una importante población dedicada a la industria. Hasta la década de 1880, cuando fue reconocido como municipio, irónicamente en el declive de su población, que abandonó poco a poco al pueblito tras acabarse la minería.
Hoy en día, su gente se dedica casi únicamente a la agricultura, además de atender pequeños hoteles, restaurantes y tours.
Y es que sus paisajes parecerían sacados como de una película de fantasía, al estar rodeado de montañas que esconden sus bastos territorios planos, ideales para la siembra, entre bosques con clima templado, y montañas con vistas panorámicas.
Se encuentra a dos horas de Puerto Vallarta conduciendo por la accidentada carretera 544, aunque con todo y que es una vía a la que se le da poco mantenimiento, resulta ser la misma que le dió un auge turístico al poblado, desde que se construyó en la década pasada.
Antes de llegar, uno se encuentra con un gigantesco puente panorámico, que pasa sobre un inmenso barranco. Es la bienvenida a los paisajes y vistas que ofrece el escondido San Sebastián del Oeste.
Vallarta Opina en Línea acudió hoy a este pintoresco pueblo, y aunque a veces parece deshabilitado, eso es parte de su magia, pues debido a sus irregulares y ocultas brechas de bosque, muchos prefieren hacer tours en vehículos todo terreno y caballo luego de perderse entre sus antiguas fincas de época.
