Fotografía: tres cueceros fondeados en Puerto Vallarta, con tripulantes que no pueden volver a casa. Archivo Vallarta Opina. / Sofi Reyes.

José Reyes Burgos.
Puerto Vallarta

Medios internacionales y navieras han informado durante los últimos días sobre el agravamiento de la crisis humanitaria a bordo de los cruceros que permanecen anclados en el mar o a la deriva, con sus tripulantes aún abordo y sin un destino claro, tras el estallido de la pandemia de COVID-19.

En concreto, durante los últimos 5 días, se han confirmado cuatro muertes sospechosas de ser suicidios cometidos por miembros de las tripulaciones, y el estallido de una huelga de hambre.

El 10 de mayo una mujer ucraniana que trabajaba abordo del Princess Rega, anclado en Rotterdam, Países Bajos, saltó del barco y murió al impactar el agua. Esto, informaron medios locales, después de que su vuelo chárter para repatriarla a casa fuera cancelado.

Otro tripulante del crucero Carnival Breeze, en Hungría y con de 29 años, fue encontrado muerto de un aparente suicidio en su camarote, el 9 de mayo.

El 30 de abril otro hombre saltó desde la cubierta del Jewel of the Sea fondeado cerca de la costa de Grecia. Murió instantáneamente del golpe sobre el agua, y según el sitio de prensa para tripulantes de cruceros Crew-Center, su cuerpo no fue encontrado.

Además, un hombre de nacionalidad china fue encontrado muerto también en su camarote, hace 4 días, y se sospecha que cometió suicidio. Sería la cuarta muerte misteriosa en una semana a bordo del Mariner of the Seas, anclado en las Bahamas.

En el Navigator of the Seas, anclado frente a Miami, 14 tripulantes llevan a cabo una huelga de hambre exigiendo ser repatriados a casa. En otro comentario rescatado por el Miami Herald, un tripulante asegura que “en este momento, sentimos que todos somos rehenes. Esta empresa necesita entender que no somos cajas de comida que se pueden mover”.

Laura Poveda, una contadora colombiana que ha estado atrapada durante dos mese en el Norwegian Epic frente a la costa de Miami dijo a USA Today: “Veo que las cosas están volviendo a la normalidad y los CDC y la compañía de cruceros nos mantienen como prisioneros aquí. No tenemos ningún caso (coronavirus). Entonces, ¿por qué todavía no podemos volver a casa?”

De acuerdo al Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), aún hay unos 94 mil trabajadores a bordo de ciento veinticuatro cruceros en torno a las aguas de Norteamérica.

Se estima en al menos un millar el número de tripulantes contagiados por COVID-19 a bordo y en varias decenas los fallecidos en distintos barcos alrededor del mundo.

Justo ahora, veinte mexicanos atrapados en el Kiningsdam piden al Gobierno de México dejarlos desembarcar en Puerto Vallarta para volver a casa tras dos meses en altamar, el crucero se encuentra en la terminal marítima local.

También, trascendió que hace dos días fueron cancelados los arribos del Celebrity Eclipse y el Celebrity Millennium a Puerto Vallarta, donde tenían la intención de realizar un puente humanitario para por medio de vuelos charters desde el Aeropuerto Internacional, repatriar a varios de sus más de mil 500 tripulantes.

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