¿Un año sin Luis Reyes Brambila? 

OPINIÓN

Por José M. Murià

Cuando regresé de Puerto Vallarta, tras asistir al sepelio de mi entrañable amigo Luis, me di cuenta de que su partida dejaba dentro de mí un hueco que tal vez no podría cubrir nunca. Ahora que ha pasado ya un año entero y resulta de que su ausencia cada día me duele más, me queda claro que el olvido no sobrevendrá antes de que yo mismo vaya a hacerle compañía.

Reyes Brambila es uno de esos personajes que no pasan desapercibidos, lo mismo por lo que hizo que por la manera de hacerlo, de modo que es muy frecuente que me acuerde de cosas en las que estuvo imbricado o lo estuvimos ambos. No en vano fueron muchos años de conocimiento mutuo y una cauda de ellos también en que la fraternidad se había consolidado sobremanera.

Lo recuerdo desde que publicaba El Bachiller en Guadalajara y, claro, los primeros pasos de Vallarta Opina y de los vástagos de éste.

Recuerdo las cenas que enmarcaban un largo diálogo enriquecedor con quien tenía tanto que decir, recuerdo los preparativos para realizar el ciclo de conferencias más nutrido que se ha celebrado en toda la historia de Puerto Vallarta y el gran éxito que mucho se le debió. Recuerdo la honesta preocupación por el puerto. Lo recuerdo por tantas cosas más…

Lo tengo presente en las buenas y en las malas que pasamos juntos y, claro, con base en todo lo que le debemos pienso en el gran homenaje que le deberemos de realizar cuando tengamos el ánimo más sereno.

No me despido de ti, querido Luis, porque sigues junto a los que te quisimos y te queremos.