OPINIÓN

Por Marc Murphy (*) – Marc@MexicoPacificLifestyle.com

¡Hola a todos!

El déficit de trabajadores en la industria turística sigue siendo un tema preocupante. El año pasado abordé el tema en este mismo espacio, en el que mencionaba que había por lo menos 5 mil vacantes tan solo en Puerto Vallarta. Lo cierto es que en 2023 la falta de mano de obra calificada prevalece, por lo que esta problemática se ha convertido en uno de los mayores desafíos para las empresas turísticas.

Recientemente, en una reunión en la que estuvieron los representantes de los principales organismos empresariales de la región, se habló de que a la fecha hay 7 mil vacantes en  el sector, esto de acuerdo con los números presentados por el secretario del Trabajo del Gobierno de Jalisco. Cifras que nos dicen que, en vez de mejorar la situación está empeorando.

Ante esto, líderes del sector continúan buscando estrategias con las cuales solucionar el problema; aunque a decir verdad no se ha podido encontrar “la cuadratura al círculo” y las consecuencias ya las estamos viendo, principalmente en el sector restaurantero, en el que varios establecimientos operan con el 50 por ciento de su personal, aun en días festivos y “puentes”, lo que deriva en un impacto significativo en la calidad del servicio. Y es que, cuando hay una falta de personal, los trabajadores restantes se ven abrumados y no pueden brindar el nivel de atención y cuidado que se espera de ellos. Esto puede resultar en retrasos en la entrega de alimentos, habitaciones insuficientemente limpias y una atención al cliente deficiente.

Es importante mencionar que esta crisis no es exclusiva de la región, ni siquiera de México. Es algo que también se está viendo en otros países como Estados Unidos, España, Reino Unido, Francia, Italia y Portugal, de acuerdo con un informe del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) que, además de advertir sobre el impacto de la escasez de personal, señala que “la recuperación del sector depende de su capacidad para resolver esta dificultad”, de ahí la necesidad crítica de abordar el problema.

Por supuesto, el hecho de que esta problemática sea global, no nos sirve de consuelo, así que reitero lo que ya he expuesto en otras ocasiones. Es necesario emprender acciones para asegurarse de que las personas encuentren el camino de regreso a la fuerza laboral, pero eso sí, bajo mejores condiciones. Es momento de incentivar a los trabajadores, de recuperar su confianza, y que estos dejen de ver a las empresas como lugares no gratos para laborar y desarrollarse.

Sin embargo, también hay que ver la otra cara de la moneda. Las empresas turísticas también “se las están viendo negras” para hacer frente a la operación diaria; con menos personal del acostumbrado y, en muchas ocasiones, sin la capacitación adecuada, las condiciones no son las más óptimas, por lo que ya empiezan a registrar pérdidas económicas.

Ciertamente hay gran incertidumbre en la región, sobre todo porque no se ve una solución inmediata, sino al contrario, tal parece que podría empeorar (como ya lo están previendo algunos líderes empresariales) con la nueva ley de “vacaciones dignas”, que duplicará el periodo vacacional de 6 a 12 días el primer año de trabajo y el aumento progresivo hasta llegar a 32 días, lo que -a decir de los empresarios- tendrá un impacto negativo en los costos laborales de las empresas.

¿Qué piensan ustedes? Envíenme sus comentarios.

(*) Especialista en consultoría y desarrollo turístico/inversión y gestión inmobiliaria.

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