ENTREVISTA

Por Diego Arrazola/Puerto Vallarta

Tomando café, Jorge Berry charla con sus compañeros de mesa. Hace gala de buen humor. Se le ve relajado, ajeno ya al trajín de las redacciones de medios o estudios de televisión. En lo que revisa el extenso menú del desayuno, habla de campos de golf o de lugares para ver el futbol americano, dos de las grandes pasiones de este veterano hombre de medios informativos.

El ex periodista de Televisa, cuya carrera arranca por el año 73, es inagotable manantial de anécdotas y vivencias de su trayectoria como reportero y conductor, e incluso se da tiempo para hablar de sus andares como cronista de un equipo de futbol americano. Departiendo en un popular restaurante del rumbo de Fluvial, Berry se emociona al evocar su experiencia con los Raiders de Los Ángeles. Su contrato por cinco años, como cronista en español del equipo, le permitió seguirlo por la Unión Americana y recorrer ese país. Cuando los Raiders se llevan el Super Tazón a todos los integrantes del equipo y personal de apoyo les dieron un anillo. Por lo visto, conserva el suyo con orgullo y nostalgia en el corazón y en algún lugar de su casa. 

Desde antes de trabajar para ese conjunto deportivo, ya era aficionado de los Raiders. Incluso, su primera cobertura de un Super Bowl para Televisa fue la de un partido del equipo californiano contra los Vikingos de Minnesota.

Instalado en una casa de Nuevo Vallarta, que comparte con dos de sus hermanos, decidió asentarse en esta costa para vivir sus “años dorados”. ¿Qué lo hizo emprender el vuelo a la zona Puerto/Nuevo Vallarta? “Reúne varias características –argumenta–. Número uno es el mar, dos es la calidad de vida, los servicios, que no haya tanta gente. Por ejemplo, en Cancún-Riviera Maya hay millones de habitantes. Ya está imposible. Y Guerrero, pobrecito, pero ya está copado por… Los Cabos, no, mejor te vas a San Diego. Yo no quería salir de México. La mejor opción era Vallarta, sin duda.”

EXPERIENCIAS MARAVILLOSAS

Como muchos, Jorge Berry conoció este rincón del Pacífico en un viaje de vacaciones. Eran fines de los años 80 y acababa de volver al país luego de vivir en Estados Unidos. Su experiencia en este lugar fue maravillosa pues, entre otras cosas, tuvo suerte y pescó un marlín grande. Otro descubrimiento, que duda un poco en calificar de maravilloso, fue la raicilla: “Me fue muy mal; en esos tiempos era ilegal”, afirma con una carcajada. Desde esa ocasión no ha vuelto a probarla y aprendió que hay que tenerle respeto a la bebida. A la fecha conserva una botella que le regalaron y no ha vuelto a tocar, recuerdo doloroso de esa experiencia con el destilado típico de esta tierra, elíxir reservado a gargantas de ligas mayores por su alta graduación de alcohol.

En el poco más de medio año de habitar por los rumbos de esta bahía, no tiene mayor queja. Berry se siente “muy bien”. No le asusta el calor. Cuando vivió en Los Ángeles supo de altas temperaturas. “La humedad es incómoda para jugar golf, pero nada más. No es de vida o muerte. Para los moscos, un buen repelente y se acabó. Fuera de eso no hay mejor manera de vivir que la de aquí. La gente es buena, servicial, le importa que te sientas bien. En otros lugares están viendo cómo te explotan y cómo te sacan dinero. Esto me lo he encontrado en todas las áreas, no solo en restaurantes. Eso es importante. No he sentido todavía ninguna discriminación por ser chilango, cosa que viví ya en Guadalajara. Me ha ido de maravilla”, añade.

Luego de recorrer la zona, en viaje previo de exploración, halló una espaciosa casa en los rumbos de Nuevo Vallarta que le convence. Así, en diciembre llega a su nuevo hogar junto con un hermano y una hermana: “Vivimos ahora juntos, como cuando éramos chicos. Cada uno tiene su recámara; tenemos además una para visitas en otra planta, muy grande, para mucha gente”. El único “problema”, por así decirlo, es que han recibido bastantes visitantes. Llegan y no se quieren ir, comenta divertido. En Detroit habita otro de sus hermanos, quien al acercarse la edad de su retiro piensa cambiar de aires y venirse para acá.

Cuando va a pegarle a la cacariza, Jorge se encuentra en los greens a gente de 80 años jugando y piensa que así quiere llegar como ellos. Al ser un lugar de retiro, la calidad de los servicios médicos le sorprendió: hace unas semanas su hermana debió ser operada en conocido hospital. Todo resultó muy bien.

CARENCIAS Y ÁREAS DE OPORTUNIDAD

La falta de infraestructura de calidad es algo que lamenta: “Hay unos baches horrorosos. Luego está la famosa autopista Guadalajara-Puerto Vallarta que están acabando desde hace 20 años, aunque sinceramente no sé si resulte una desventaja cuando la terminen, como le pasó a Acapulco. Otra cosa es la escasez de agua. Cuando llegué estábamos en una sequía pavorosa. Entiendo que es un problema mayúsculo para la zona de Punta de Mita y sus alrededores”.

Berry actualmente colabora para el diario El Financiero de la Ciudad de México sobre asuntos internacionales. Además de haber vivido en Estados Unidos, en su carrera de más de cuatro décadas ha cubierto una variopinta lista de asuntos: elecciones legislativas en la Unión Americana, la Expo Sevilla 92, los funerales de la Princesa Diana de Gales, visitas papales a Cuba y México, Juegos Olímpicos, cumbres de presidentes y primeros ministros, etcétera. En particular, recuerda un evento que lo cimbró personalmente: los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en el vecino país del norte, que lo llevó a trasladarse por tierra desde El Paso, Texas, hasta Nueva York, en una odisea de película, a fin de realizar cobertura noticiosa.

Mentor y jefe de una camada de periodistas y conductores que va desde Fernando Schwartz (“el mejor reportero de deportes que hay”), Rebeca de Alba, Martha Debayle, Enrique Burak… Berry no está quieto en su semi retiro. No todo es ir a la playa, el golf o ir a un bar a ver el futbol americano. Sin entrar en detalles, confiesa que está esperando a sacar un proyecto televisivo en esta localidad y no descarta tener un programa de radio.

“LA IMPORTANTÍSIMA FUNCIÓN SOCIAL DE VALLARTA OPINA”

Para el periodista, la existencia de Vallarta Opina es algo básico para esta ciudad y sería gravísimo no contar con un diario de su talla y calibre por la “importantísima función social que desempeña”. Sabe muy bien que los medios impresos están inmersos en una problemática agravada por el auge de medios digitales: “Hay que ajustar el modelo para que haya planes de negocios exitosos”.

No tenía mucho de haber llegado a Puerto Vallarta cuando tuvo la oportunidad de conocer a Luis Reyes Brambila, fundador y director general de este diario. De la cena que tuvieron guarda memorias muy puntuales y gratas: “Un hombre de memoria privilegiada, con un agudísimo sentido crítico de las situaciones que atraviesan la ciudad, la región y el país. Me pareció un conversador sine qua non. Me divertí mucho con Luis. Él también. No recuerdo a otra persona que me haya atrapado de esa manera”.

Admirador de Bob Woodward y Carl Bernstein, de The Washington Post, así como del columnista capitalino Rafael Cardona, está consciente que no trabajó con las leyendas del periodismo nacional impreso como José Pagés Llergo o Julio Scherer. En cambio, fue discípulo del conductor y periodista Jacobo Zabludovsky, quien junto con su exjefe Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre, mandamás de Televisa le dieron oportunidades y no pocas enseñanzas en la televisión.

A punto de concluir la charla, celebra que no se le haya preguntado por guerras y conflictos bélicos. Periodista con visión internacional, Berry se apresta a explorar y comentar una nueva realidad: el foco local y regional.

PRÓXIMO COLABORADOR DE VALLARTA OPINA

A partir del próximo 16 de julio, Berry debuta en las páginas de Vallarta Opina con dos entregas por semana: lunes y viernes.

“Va a ser una columna personal. Una vez trabajé con Raymundo Riva Palacio en un diario llamado 24 horas. Duré cuatro o cinco meses. Raymundo decía que hablaba yo demasiado en primera persona. Le dije que no iba a cambiar mi estilo. Ahora con muchas experiencias que me dio la vida y que situaciones actuales me recuerdan voy a compartirlas. Otra vertiente es hacer perfiles de la gente que importa en Puerto Vallarta”.

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