Por José Reyes Burgos

Puerto Vallarta

No se ha detenido, por el contrario, cada vez avanza con más ritmo y sin miedo a las adversidades. El joven ciclista y ahora mochilero Carlos Trujeque, sigue viajando, pero no por Europa, sino en la masa impenetrable del continente Sudamericano, rumbo a Mar de la Plata, a donde espera llegar para reencontrarse con su novia.


Esta ocasión concluyó su travesía por Colombia, en medio de un estallido de protestas sociales que hicieron más peligroso su viaje. A través de su página de Facebook Viajandoando, Trujeque registró cómo el país sudamericano muestra señales del levantamiento en las carreteras.


Pero eso no lo desanimó, por el contrario, dice que no tuvo ningún problema en pedalear Colombia y ahí conoció gente que, aun estando en pie de lucha, lo ayudó a no parecer en su temeraria aventura.
“Cuando me encontraba en la ruta de Los Nevados, no se sentía tan fuerte la situación por la que pasa Colombia, pero como dicen, hasta no ver no creer.
Es bastante duro ver las carreteras así, después de 2 meses que pase, y estaba totalmente cambiando, pero no hay mucho que decir, solo puedo decir que es un país muy fuerte y que a todos los colombianos que me ven, les mando un abrazo, y los admiro mucho porque a pesar de lo que están viviendo social y económicamente me reciben súper bien. Aunque no me bajan de loco por pasar ahorita jaja, pero es cuando realmente se da a conocer una sociedad. Gracias Colombia”, relató el joven.

image 1024x723 - Vallartense mochilero llegó a Ecuador en bici



NO DEJA DE PEDALEAR


Con 26 años de edad cumplidos, el joven vallartense por naturalización partió desde el malecón de Puerto Vallarta y tomó la carretera 544 hacia Mascota.
Desde entonces, al estilo del protagonista en la icónica obra del cine hollywoodense “Forrest Gump”, Trujeque no ha parado de pedalear y continúa su viaje por medio globo terráqueo.


En Nicaragua, la pandemia lo detuvo, tuvo que volar con todo y bici hasta el tapón del Darien en Panamá, donde cruzó a Colombia. Y ahí continuó.


Casi 4 mil kilómetros después, llega a Quito, Ecuador, y todavía le faltan al menos dos terceras partes de su viaje hacia Argentina, en una travesía digna de otra película o bien, de un documental, pues en su camino, Carlos es testigo de los estragos de la pandemia y los terremotos políticos que ocurren en el mundo latinoamericano.

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