Luego de unos días de relajación por las fiestas navideñas, que espero hayan disfrutado en familia con sus seres queridos, quiero retomar un tema de gran importancia para esta región del Pacífico mexicano y para sus habitantes, y por supuesto, para los turistas: la vía corta Guadalajara-Puerto Vallarta.

Se trata de una carretera que, una vez en operaciones, permitirá acercar a Puerto Vallarta y Bahía de Banderas con la ciudad de Guadalajara en solo dos horas y media. Sin embargo, desde que recuerdo, está en construcción y no tiene para cuándo concluir, convirtiéndose en un sueño casi irrealizable porque cada vez que se establece un plazo para ello, algo o alguien lo incumple, y ahí vamos otra vez con una nueva fecha.

Hace unos días el titular de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), Jorge Nuño Lara, dijo que la autopista se terminará de construir “en los plazos planteados”, y yo me pregunto: ¿cuáles son esos plazos?, porque según la última actualización se dijo que la vía completa estaría terminada en 2020, pero antes de eso ya presentaba más 8 años de retrasos.

La obra comenzó oficialmente en la administración del expresidente Felipe Calderón, en 2012, y debió haber terminado en 2014. Sin embargo, si nos vamos más atrás, el concepto original se planteó hace más de 40 años, por lo que al paso del tiempo se ha convertido en uno de los proyectos carreteros más largamente esperados.

De acuerdo con la SICT, la obra comprende una longitud de 186.6 kilómetros y fue dividida en tres tramos para su construcción: tramo Jala-Compostela (54 kilómetros) que está concluido y operando desde el 6 de noviembre de 2017. El de Compostela-Las Varas (31 kilómetros), en el que se trabaja actualmente y concluiría a principios del 2024; finalmente, Las Varas-Puerto Vallarta, que terminaría en diciembre de 2023 pues aún se están liberando los derechos de vía. Los tres tramos carreteros permitirán viajar de Guadalajara a Puerto Vallarta en 2:45 horas, aproximadamente.

Se preguntarán porqué insisto tanto en este tema; bueno, porque precisamente en estas fechas se manifiesta un problema que está creciendo año con año, y es la saturación de la carretera federal 200, uno de los más importantes ejes carreteros de México, el cual comunica nada menos que a siete estados de la República Mexicana, como son: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco y Nayarit. Así mismo, pasa por algunas de las playas más bonitas de México, desde

las de Puerto Escondido, en Oaxaca, hasta Acapulco, en Guerrero, así como Manzanillo en Colima, Cihuatlán y Puerto Vallarta, en Jalisco, y las correspondientes al estado de Nayarit. Lamentablemente, al paso del tiempo la vía se ha quedado “pequeña” y no hay día en que los medios de comunicación y las redes sociales no reporten un accidente (algunos de ellos fatales), sin olvidar que el trayecto de Guadalajara o Tepic a Puerto Vallarta se hace eterno.

Ya en 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador dio un ultimátum a la empresa constructora, a la que manifestó que, es increíble que después de tantos años una obra tan importante para un destino turístico, fundamental para la economía de Jalisco, e incluso para la economía del País, no esté terminada.

Los motivos de que se haya alargado por tantos años son variados y tienen que ver desde las razones técnicas hasta las ambientales, ecológicas y geográficas, incluso con la disposición del presupuesto que, obviamente, ocho años después ha aumentado. Cabe destacar que, hasta 2021 la inversión ascendía a más de 8 mil millones de pesos, pero se asignaron otros 9 mil 215 millones, por lo que al final el costo asciende a casi 18 mil millones de pesos, convirtiéndose en una especie de “barril sin fondo”.

Espero que cuando por fin sea terminada, la obra no sea insuficiente y sea “el cuento de nunca acabar”.

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