Vietnam, vibrante

CRÓNICAS DE VIAJE

+ Vietnam es un país con el corte comunista, aunque le llaman en la actualidad “el nuevo periodo”, donde se están abriendo a la economía de mercado

Por Jorge Villanueva Hernández

Mi primer pensamiento cuando decidí viajar a Vietnam fue la guerra absurda emprendida por los Estados Unidos contra este milenario país. En mi mente todavía se encuentra aquel verano de 1972, tiempo en el que cursaba el segundo año de la carrera de medicina en la Universidad de Guadalajara.

Después de 1968 prácticamente la mayoría de los estudiantes de las universidades públicas, soñábamos con un mundo más justo y el mundo ideal era el socialismo. Vietnam es un país con el corte comunista, aunque le llaman en la actualidad “el nuevo periodo”, donde se están abriendo a la economía de mercado.

En nuestro ilusorio mundo estudiantil surgió una fotografía que le dio rápidamente la vuelta al mundo. Una imagen de una pequeña niña de tan solo 9 años, corría asustada y gimiendo de dolor, corriendo por una carretera de su aldea en Vietnam del Sur. Esta dantesca imagen contribuyó a poner fin al conflicto armado. A poco más de 50 años después, esta imagen sigue siendo un icono de la influencia de las fotografías en la guerra de Vietnam.

Para la juventud mexicana de aquella época, Vietnam se evocaba como un país invadido por el gigante del Norte de América con una nueva arma química llamada NAPALM. Esta sustancia es hecha por una gasolina viscosa. Suelen agregarle ácidos orgánicos y es altamente inflamable, quema durante un largo periodo y se pega en todas las superficies.

Su empleo fue indiscriminado por parte de Estados Unidos en Vietnam. Su invención se debe al trabajo realizado por el norteamericano Louis Fieser en la Universidad de Harvard.

En ese verano de 1972 me comprometí conmigo mismo de algún día visitar Vietnam, y aquel sueño hoy se vuelve una realidad.

MAUSOLEO HO CHI MINH, ESPÍRITU DE LAS MASAS

El Mausoleo Ho Chi Minh es una estructura solemne, cuya construcción se inició el 2 de septiembre de 1973, con la ayuda de expertos de la otrora Unión Soviética, justamente cuatro años después de la desaparición física del gran líder de la Revolución vietnamita, y fue inaugurada el 29 de agosto de 1975.

Es impresionante la devoción que le tienen a Ho Chi Minh. Haber tenido la oportunidad de ver y sentir al pueblo vietnamita venerar a su máximo héroe nacional, es sin duda una experiencia única. El constatar la veneración que se tiene de este héroe nacional para un turista occidental es una vivencia única.

“La casa del presidente Ho Chi Minh es un símbolo típico del espíritu de las masas, y es la fuente de la independencia y la soberanía ganadas con sangre del pueblo vietnamita”.

Hoy con la convicción firme que el mundo socialista no es más que una utopía más, me encuentro en una sala del aeropuerto internacional de Chiang Mai próximo a tomar un vuelo a Hanói, la capital de Vietnam.

Mi ánimo por dejarme sorprender por este país irrumpe en mi interioridad como una flama viviente, ya que la vibrante capital de Vietnam es conocida por su arquitectura de siglos de antigüedad y su rica cultura con influencias de Francia, China y el Sudeste Asiático.