José Reyes Burgos
Puerto Vallarta
Este martes, las cifras de fallecidos desafortunadamente tras desarrollar un cuadro grave de COVID-19, cierran en 30 para el municipio de Puerto Vallarta, que a su vez acumula un histórico de 320. Aún asi, son ya una importante cantidad de ciudadanos locales quienes niegan la existencia de la pandemia, y atribuyen sus efectos a teorías conspirativas.
En distintas publicaciones de Facebook tanto de medios de comunicación como de las dependencias oficiales, se puede leer que no pocos expresan abiertamente su escepticismo por la pandemia, alegando que el virus es falso y que no están de acuerdo en acatar las medidas sanitarias.
Pero opinión de los médicos vallartenses, que se encuentran en la primera línea de batalla, es muy distinta: cuanto más desobedezca la gente, más casos habrá y menos podrá regresar una realidad de relativa normalidad.
Justo ahora, los hospitales COVID de Puerto Vallarta se dan abasto, pero por un margen muy trazado, aunque aún están a buen tiempo de prevenir la saturación. Al día de hoy, se mantienen 61 casos activos, estos son aquellos con la capacidad de contagiar a otros seres humanos, Y afortunadamente, más de 230 pacientes se han recuperado naturalmente.
Aunque el semáforo epidemiológico nacional, marca rojo para Jalisco, y además lo etiqueta con una tendencia a alza en la cantidad de contagios, el propio subsecretario federal de Salud Hugo López ha dicho que la pandemia en esta entidad podría extenderse incluso hasta octubre.
Al final, en Puerto Vallarta la realidad es otra, porque los negocios han comenzado a abrir, bajo el auspicio del Gobierno de Jalisco, en la llamada «Fase 0» del Plan de Reactivación Económica del estado, que contrario a lo recomendado por la Secretaría de Salud federal, permite la reapertura de giros no esenciales que no impliuen la actividad recretiva.
Los médicos insisten en no subestimar al COVID-19: pues es uno muy agresivo, que deja secuelas y fácil de contagiar. Por cada caso diagnosticado, podrían haber otros 10 aún ocultos. La Organización Mundial de la Salud ha instado a los países a no relajar las medidas, mientras quienes ya se cansaron de creer o aceptar la realidad, comienzan a asumir el riesgo de contagiarse como algo normal, con tal de continuar con sus vidas.