By TERCERA LLAMADA
Por María José Zorrilla
Ayer regresé de un día en San Sebastián del Oeste, Jalisco, donde acudimos a la celebración del cumpleaños de nuestra amiga Lupe Wulff que festeja en grande cada cinco años su aniversario en una plaza de toros y se hace una novillada figurada sin maltratar animal alguno.
Es una linda ocasión para compartir con amigos, con los que viven lejos y nos vemos eventualmente, pero también para disfrutar de la naturaleza totalmente distinta a sólo 68 kilómetros del puerto.
Una vegetación serrana con pinos, encinos, robles y capomos, con un clima agradable al mediodía, fresco al atardecer y frío por la noche.
Fue uno de los centros mineros más importantes durante la colonia que llegó a tener 20 mil habitantes y hoy día tal vez no llegue a los 6 mil.
Conserva su estilo mexicano colonial y ha sido considerado pueblo mágico desde hace algunos años. Pareciera que de pronto hacemos un flash back y regresamos al pasado, sobre todo si nos alejamos un poco de los lugares más concurridos donde empieza el turismo hacer presencia.
Su población joven emigra en cuanto termina la secundaria o la prepa y la gente sigue conservando un dejo del ayer, el tiempo parece transcurrir a otra velocidad, sus pobladores tienen una mirada inocente diferente a la de las grandes ciudades y si bien poco a poco empieza a sufrir los embates del desarrollo, han sabido conservar su estilo arquitectónico con estrictas medidas urbanas de construcción.
Aproveché la ocasión previo permiso de mi amiga festejada, para repartir promoción de nuestra próxima subasta anual el 3 de marzo en la Biblioteca Los Mangos y al salir ya rumbo al carro, un joven que se me acercó preguntó que era y en qué consistía una subasta.
Expliqué lo que entendía por una subasta cómo las conocemos hoy día, pero decidí darle una ojeada al internet para ver los orígenes de tan interesante palabra que viene del latín de las palabras sub – hasta, bajo la lanza.
Las tierras conquistadas por los soldados se señalaban clavando una lanza en la parcela ocupada y la venta del botín de guerra se anunciaba también con una lanza.
Desde el imperio babilónico se realizaron para subastar a las mujeres más bellas y convertirlas en esposas de los compradores.
Como dato curioso según Wikipedia, era un acto ilegal obtener una esposa fuera de dicho proceso de compra.
Hubo subasta de esclavos durante el imperio romano y otras prácticas deleznables de venta de personas que tenía lugar en ciertas sociedades, pero no era del uso común afortunadamente.
Pero el sistema de venta de bienes y mercaderías se remonta a la Estocolmo Auction House en 1674 y 100 años después surgieron las dos casas de subasta más famosas del mundo Sotheby´s en 1744 que se abrió en Londres inicialmente para vender libros preciados de las más famosas bibliotecas y que hoy día tiene sucursales en Nueva York y una decena de lugares más y Christie´s en 1766 también en Londres y donde se llevaron a cabo las subastas más famosas de los siglos 18, 19 y 20.
Sobre las subastas hay historias fascinantes tanto de precios récord como Les femmes de Alger de Picasso por 174 millones de dólares en 2015 y superada por mucho por un Leonardo da Vinci, Salvator Mundi que se vendió en noviembre del 2017 por 450 millones de dólares y es la obra más cara jamás vendida en la historia.
En otra ocasión un Picasso se rompió durante la subasta en octubre del 2018 por el propio dueño, Steve Wynn el magnate de los casinos. El marinero que el malagueño pintó en 1943 con un rostro triste debe estar más triste por haber sufrido este percance que acontece después de haber recibido una puja de 139 millones de dólares del coleccionista Steve Cohen.
Wynn quiso enseñarles a sus amigos la obra que estaba por vender y de un codazo la rompió. Lo increíble es que este no fue el primer accidente que sucede con el amo de la noche de Las Vegas.
Wynn, que sufre de una enfermedad en los ojos, ya había roto en 2006 otro cuadro de Picasso, El Sueño, que pudo venderse aún más caro después de 7 años de estar en reparación.
Sobre El marinero no se ha vuelto a decir nada. También esta el curioso caso de la obra Niña con globo que se autodestruyó durante la subasta de Sothebys en 2018.
Se trataba de una obra del misterioso Bansky, un artista inglés que empezó haciendo grafittis en la calle y al paso del tiempo se hizo muy famoso. El ideó que cuando se diera el martillazo de vendido, el cuadro se deshiciera. Un mecanismo empezó hacerlo trizas, no obstante, falló y se detuvo el proceso de destrucción a la mitad. Aun así se vendió en 1.2 millones de euros.
Increíblemente, tres años después en octubre de 2021 se vendió en 21 millones de euros, ahora solo mitad del cuadro que se rescató. Bansky dijo que eso también era arte y hubo quien pagara por el mismo.
Nosotros acá en Vallarta celebramos de manera mucho más modesta nuestra subasta anual número 23, pero es el principal medio de sobrevivencia de la Biblioteca Los Mangos y siempre tenemos sorpresas.
No sólo hay arte, también certificados de alimentos, spas, recorridos, estancias en hoteles y muchas sorpresas más, como precisamente dos viajes al encantador pueblo serrano de San Sebastián del Oeste.
