OPINIÓN

Por Brasil Acosta Peña (*)

La vida de los seres humanos y del planeta, está determinada por la cantidad de agua potable que consumimos. Según los datos de la entidad USGS (U.S. Geological Survey), el 97.5% del agua del planeta es agua salada, por ende, sólo el 2.5% del agua es dulce: 87% en los lagos, 11% en humedales y sólo un 2% fluye en los ríos.

De origen, tenemos un problema: el agua dulce disponible es poca en la tierra, comparada con el agua no potable. Ahora, si a esto agregamos el problema del cambio climático provocado por las grandes industrias y los intereses egoístas de las grandes empresas, que no les importa lanzar los desechos de sus fábricas a los mantos de agua limpia; ni tampoco se transita decididamente al consumo de energías limpias y se insiste en la venta de autos de combustión interna, que contaminan, con tal de que las empresas automovilísticas y de producción de combustibles sigan ganando a costa del ambiente, entonces, la condición de vida se vuelve cada vez más problemática y difícil, pues la contaminación reduce el agua limpia disponible.

Si a ello agregamos la condición de la corrupción, pues existen muchísimos títulos de concesión del agua que rebasan por mucho la capacidad de los mantos acuíferos y, si a la vez, no existe el mismo nivel de recarga de los mantos freáticos; y si a ello agregamos la contaminación del agua, entonces, estamos ante un problema serio de sobre explotación y contaminación de los mantos acuíferos.

“Tenemos del orden de 3 mil 300 títulos, y en nuestro barrido hemos encontrado 6 mil 800 pozos, lo cual quiere decir que tenemos casi el doble, más del doble de pozos que a lo largo de la historia se han hecho irregularmente, de manera clandestina”, expresó José Luis Luege Tamargo, director de la Comisión Nacional del Agua. (Nota de Agua.org.mx del 26 de diciembre de 2008).” Esta es una noticia de 2008, es decir, 16 años hace y desde entonces a la fecha, no se han modificado las cosas. Veamos los datos del 2023: según la Conagua, el acuífero de Texcoco, cuya clave es la 1507, tiene una recarga de 145.1 millones de metros cúbicos al año de recarga y una extracción de 284.5 millones de metros cúbicos anuales, por ende, tenemos un déficit de 149 millones de metros cúbicos al año.

Para abastecer a la metrópoli que conforma la Ciudad de México y el Estado de México, la primera etapa del sistema Cutzamala se logró en 1951; la segunda etapa en 1960 y desde el 3 de mayo de 1982 se inauguró la tercera etapa. El sistema Lerma-Cutzamala, tiene 7 presas, 6 plantas de bombeo, una planta potabilizadora (Berros), un tanque de oscilación y tres tanques de almacenamiento.

“El Sistema Cutzamala, que abastece al 25 por ciento de la zona del Valle de México, continúa con sus niveles más bajos desde hace 28 años, de igual forma, advirtió la Comisión Nacional del Agua (Conagua) su tendencia a la baja.

La directora del Organismo de Cuenca de Aguas del Valle de México (OCAVM), Citlalli Peraza explicó que el almacenamiento actual en la presa El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria es de 299 millones de metros cúbicos con una capacidad de 38.2 por ciento, lo que representa una disminución de 2.8 millones de metros cúbicos con respecto a la semana anterior debido a la falta de lluvias en la infraestructura hidráulica” (Milenio, Mellissa López, 27/02/2024) y ante la escasez de lluvia la Conagua ha planteado que el Día Cero, es decir, el día en que el suministro de agua sería insuficiente para satisfacer las necesidades de la población, sería el 26 de junio de 2024.

Dado que el Cutzamala no es tampoco la fuente mayor de abastecimiento de agua potable para la ciudad, pues la gran mayoría del agua procede de los mantos acuíferos, que por cierto están en alguna medida contaminados, lo cierto también es que no se ve por ningún lado un programa integral que resuelva el problema de fondo, pues este gobierno prefiere gastarse el dinero en aeropuertos inútiles, refinerías que no refinan y trenes mayas que no funcionan ni son rentables; peor aún, en lugar de hacer una inversión inteligente para resolver de fondo el problema del agua, el gobierno morenista de AMLO se gastó 6 mil 200 millones de dólares, 105 mil 400 millones de pesos mexicanos, en la compra de 13 plantas eléctricas. Cuando llueve en el Valle de México, hay inundaciones y lo que hace la ciudad es sacar el agua hacia Hidalgo y lo que resulta es que ahora se inunda ese estado: recordar recientemente lo que pasó en Tula.

Cuando Antorcha gobierne México, es decir, cuando el pueblo de México mande y tome las decisiones esenciales, vamos a hacer un verdadero programa hídrico para atender los problemas graves del agua: programa de recarga de mantos freáticos, para que no se desperdicie el agua que cae del cielo; un programa de captura de agua de lluvia en todas las instalaciones públicas y el fomento de la misma labor en las casas particulares, para que se ahorre un 30% el agua que consumimos. Se sancionaría enérgicamente a las empresas que contaminen el agua. Se invertiría, previo estudio científico, en el número de plantas potabilizadoras que se requirieran para aprovechar las aguas de lluvia; se invertiría también en las plantas de tratamiento de agua para el regado de parques y jardines y uso no doméstico; se sancionaría a quienes desperdiciaran el agua; se obligaría a las empresas que utilizan cantidades industriales de agua, que pusieran plantas de tratamiento de agua para ayudar a recuperar socialmente lo que consumen.

Por lo pronto les dejamos unos tips de la fundación Aquae, para el cuidado del agua en los tiempos difíciles que se vienen: 1) cerrar la llave cuando no la usemos, por ejemplo, cuando nos cepillamos los dientes o cuando nos enjabonamos; 2) una ducha de 5 minutos, en lugar de un baño normal nos ahorraría 3 mil 500 litros al mes; 3) recoger el agua de la regadera en una cubeta en lo que se calienta para usarla después en regar plantas, en el suelo o en otro uso; 4) colocar botellas de 600 ml con agua dentro del tanque del WC; 5) usar al máximo las lavadoras, es decir, en lugar de lavar 5 kilogramos de ropa en una lavadora de 20 kilos, esperar a juntar los 20 kilos; 6) para el regado de tus plantas, utiliza mangueras con pequeños hoyitos para provocar un riego direccionado por planta y mediante gotas o chorritos pequeños, que no desperdicien el agua y riega las plantas al amanecer o al anochecer para que no se evapore el agua; 7) lavar los vehículos con una cubeta de 19 litros, con ello es suficiente; 8) atender todas las fugas de tu casa, pues una gota en una llave puede representar un gasto de 40 litros al día; 9) cuando llueva, saca tus cubetas, baldes, recipientes, tambos de 200 litros, tinacos que tengas disponibles, para capturar agua de lluvia y utilizarla para lavar pisos, depositar en el baño, etc., finalmente, 10) aumenta la capacidad de almacenamiento de agua para casos de emergencia mediante la adquisición de tinacos de bajo costo.

En conclusión, cuidemos el agua, sí, pero exijamos a las autoridades que cumplan con su deber e inviertan en lo que realmente importa a los mexicanos, es decir, en el abastecimiento de agua de calidad, lo cual es nuestro derecho. Preparémonos para gobernar este país y, así, pondremos en práctica un plan hídrico verdaderamente pensado en los intereses del pueblo y no en el interés egoísta de unos cuantos.

(*) Diputado federal antorchista.

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