EDITORIAL

La semana pasada la Secretaría de Turismo de Jalisco presentó algunos datos difundidos por la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob).

Se trata de los resultados obtenidos por los diferentes estados del país durante el primer semestre del año en cuanto a ingreso o llegada de visitantes internacionales con fines turísticos.

En el caso de Jalisco, de enero a junio de 2023 la entidad recibió más de 1 millón 700 mil turistas extranjeros por la vía aérea, siendo los aeropuertos de Puerto Vallarta y Guadalajara los más rentables en ese renglón.

De acuerdo con la Secretaría de Turismo de Jalisco, esos 1 millón 700 mil turistas extranjeros representaron un crecimiento del 17% con respecto al 2019 y un 16.5% más en comparación con 2022.

En esta danza de las cifras el aeropuerto internacional de Puerto Vallarta recibió a 1 millón 43 mil turistas extranjeros, los significó un 14% más que en 2019 y un 15% más que en 2022.

Es indudable que la industria turística de Jalisco y, por supuesto, de Puerto Vallarta, está en recuperación desde hace más de un año, tras sufrir y superar los estragos provocados por la pandemia del coronavirus en México y el mundo.

Sin embargo, desde entonces -semana a semana y mes con mes- surgen nuevas cifras de la “bonanza turística” que experimenta el sector en el país y, claro, en los estados y municipios con vocación turística, como Jalisco, Nayarit, Puerto Vallarta y Riviera Nayarit.

La mayoría de estos números son dados a conocer por la Secretaría de Turismo (Sectur) del gobierno federal y no es que dudemos de ellos, pero a veces parecen demasiado optimistas, como si México fuera el paraíso turístico del mundo.

Por supuesto, existen otros organismos, cámaras y organizaciones que dan a conocer estudios y análisis con resultados parciales o preliminares de la situación que vive el país y sus destinos en recepción de visitantes, especialmente internacionales. Y aunque hay muchas coincidencias, en ocasiones surgen dudas sobre la veracidad de los números dados a conocer la Sectur.

No hay duda de que cada hotel, restaurante, agencia, comercio y negocio tiene sus propias cifras en cuanto a captación de turismo e ingresos económicos y que cada uno de ellos opinará, bien o mal, dependiendo de cómo le haya ido a lo largo de este año, ya sea en la pasada temporada de invierno o en la presente temporada de verano.

Lo que es un hecho, de acuerdo con la experiencia vivida en los últimos 30 años en Puerto Vallarta, es que mientras a algunos hoteles y restaurantes les va muy bien con la captación de visitantes e ingresos, hay otros que se quejan de lo mal que están y lamentan la baja de turismo con alto poder económico.

Sabemos que es difícil darle gusto a todos y que muchas veces las cifras oficiales pueden estar maquilladas, lo que es cierto es que el termómetro diario en materia de turismo lo tienen cada una de las empresas que integran a la industria en esta región, conformada por Puerto Vallarta y Riviera Nayarit, en donde hemos escuchado también voces discordantes con el panorama optimista que pinta la Sectur.

Como advertíamos párrafos arriba, en esta danza de las cifras –como dicen- “cada quien habla según le va en la feria” y no es que se malo, pero sí debemos tener mayor cuidado con la percepción que tenemos y difundimos en cada temporada a lo largo del año.

No es lo idean echar las campanas al vuelo, como tampoco lo es ser demasiado pesimistas en materia de turismo. Lo importante es encontrar el equilibrio que nos muestres la justa dimensión del sector para plantear estrategias y fijar metas que permitan mantener una constante mejoría en la llegada vacacionistas, ya sean nacionales o extranjeros. Todos vivimos del turismo y por eso todos debemos trabajar por ello desde cada una de nuestras trincheras.

Sería un error confiar demasiado en las cifras oficiales, pero también sería contraproducente ser complacientes con la información que nos llega de cámaras y organizaciones.

Desde ahora, los expertos advierten la llegada de tiempos más complicados para los destinos turísticos mexicanos, especialmente por el regreso al escenario de destinos internacionales, la paridad peso-dólar y la difusión de la inseguridad que prevalece en algunas regiones del país.

Estas y otras razones nos obligan a ser racionales, a pensar y analizar con la cabeza fría cómo estamos en materia de turismo, qué queremos y hacia dónde vamos. No hay más. Es necesario ser más observadores del panorama turísticos nacional e internacional para llevar a cabo acciones que nos permitan garantizar la llegada de vacacionistas.

No tenemos ninguna duda de que muchos hoteles, en lo particular, lo están haciendo, aunque es una premisa que debe multiplicarse en las empresas para procurar que permee para todos esa “bonanza turística” que a veces parece lejana para muchos negocios pequeños de Puerto Vallarta y Riviera Nayarit.

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