Colonia Emiliano Zapata y Zona Romántica: Esplendor y debacle

Por Miguel Ángel Ocaña Reyes/Puerto Vallarta

La colonia Emiliano Zapata fue, en su momento, un ejemplo de limpieza, orden, seguridad y armonía entre la tradición y la modernidad, fue uno de los lugares más atractivos de lo que se conoce como el “Viejo Vallarta”, en particular la bien conocida Zona Romántica, que es el área más sureña del centro de la ciudad.

En su momento, a la Zona Romántica de Puerto Vallarta se le podía abordar desde varios puntos de vista, el tradicional en el que se destacaba la historia de las familias más antiguas del municipio y la historia del mismo; por su oferta gastronómica y hotelera, así como por ser un lugar de salida marítima a varios puntos de la bahía; y en los últimos años por ser un lugar para el turismo gay.

La colonia Emiliano Zapata, que comprende desde la avenida Insurgentes a la playa de Los Muertos, y de la calle Aquiles Serdán a la Avenida Costera Barra de Navidad, hoy en día también es un ejemplo, pero de lo que no se debe hacer, desde 2017, que se empezó con la construcción de grandes condominios, generó el crecimiento desordenado, mala planeación, saturación de edificios, comercio ambulante, mendicidad, indigencia, delincuencia, narcomenudeo, y una serie de problemas bajo la mirada indiferente de la autoridad y la complacencia de vecinos y comerciantes, quienes absortos en el éxito comercial y económico, perdieron de vista lo más importante, la pérdida de la identidad vallartense, una característica fundamental que hace atractivo a Puerto Vallarta más allá de su oferta hotelera y gastronómica.

Todo este descuido llevó a la Colonia Emiliano Zapata y su Zona Romántica, de un esplendor a una implosión que ha llegado a un punto crucial, en el que de no darse solución a los problemas, podría empezar a venirse abajo todo el éxito obtenido, y es que la gentrificación le ha dado una nueva personalidad a la colonia, en la que la gran cantidad de edificios han provocado no solo saturación visual, del drenaje y falta de agua, sino también una imagen que nada tiene que ver con el barrio tradicional que algún día fue, y en la que las calles poco a poco se vuelven intransitables debido a que las aceras son invadidas por comercios y vendedores ambulantes que abonan ensuciándolas y dejando basura que genera malos olores y pocas ganas de regresar.

Es necesario que la comunidad de la colonia, empresarios y colonos, retomen la organización e implementen modelos que ya han funcionado en otras colonias, como Marina Vallarta, donde también se enfrentan problemas, sin embargo, la unión y la toma de decisiones consensuadas, ha mantenido el orden y la limpieza, aunque todavía hay mucho por hacer debido a quienes no se solidarizan con el bien común.

La Zona Romántica de Puerto Vallarta en tan solo seis años, debido a la voracidad de desarrolladores inmobiliarios y autoridades complacientes, perdió algunas características que le dieron fama a este destino, sus calles empedradas, casitas con techos de teja colorada y balcones adornados con buganvilias rosadas o blancas, con la personalidad única de los vallartenses, aunque todavía conserva una oferta de artesanías, galerías de arte, cafés de banquetas y otras atractivos.