OPINIÓN

Por Marc Murphy (*) – Marc@MexicoPacificLifestyle.com

¡Hola a todos!

La observación de ballenas es una actividad muy apreciada en la bahía de Banderas y se ha convertido en uno de nuestros más grandes atractivos, de ahí la importancia de ser tratada de una manera responsable y sostenible. Sin embargo, en los últimos años, con el aumento de la actividad humana, la preciosa biodiversidad de la región corre el riesgo de ser impactada de manera negativa ante el aumento de la actividad turística. Es por eso que me congratula ver lo que están haciendo en beneficio de la especie asociaciones como el Grupo de Investigación de Mamíferos Marinos A.C. (GRIMMA), la asociación Ecología y Conservación de las Ballenas-ECOBAC, y más recientemente la nadadora Stephanie Montero, quien se ha sumado a las voces locales para encabezar una hazaña realmente fuera de serie, el Nado por las Ballenas-Cruce Bahía de Banderas, una travesía de 12 horas para recorrer 35 kilómetros de las Islas Marietas, Nayarit hasta playa Las Gemelas, en Puerto Vallarta, Jalisco.

El Nado por las Ballenas-Cruce Bahía de Banderas es una actividad que tiene como objetivo, precisamente, ayudar a tomar conciencia y sensibilizar sobre la importancia de proteger y conservar la ballena jorobada y su entorno. Stephanie, junto con un equipo de especialistas que incluye a médicos, nutriólogos, fisioterapeutas, observadores, biólogos, psicólogos, oceanógrafos y capitanes de embarcación, así como un grupo muy amplio y entusiasta de patrocinadores, se han echado a cuestas esta titánica misión con el propósito principal de recaudar 500 mil pesos, que serán utilizados en proyectos de investigación y protección de ECOBAC.

De entrada, esta iniciativa me parece muy noble, porque a pesar de que la actividad de avistamiento de ballenas se ha convertido en una de las más lucrativas en la región de la  bahía de Banderas (que comparten Puerto Vallarta y parte de la Riviera Nayarit), son muy pocas las organizaciones que han levantado la voz en pro del cuidado y preservación de estos mamíferos marinos, que año con año llegan a esta región desde el Ártico para aparearse y criar a sus ballenatos. Sin embargo, advierten especialistas, las áreas de reproducción se encuentran con mucha presión turística, principalmente la zona norte de la bahía.

Cabe destacar que, desde que comenzó la actividad de observación en los años 90, se propuso una norma, que comenzó con la ballena gris y luego se extendió a la ballena jorobada. En esta norma, que actualmente es la NOM 131 Semarnat 2010, se incluyen los lineamientos a seguir para realizar correctamente la observación de ballenas por las embarcaciones turísticas. Lamentablemente la norma no es respetada por las embarcaciones y el organismo encargado de realizar la vigilancia –que es la Profepa- no cuenta con suficientes recursos, ni humanos ni económicos, para hacerla respetar.

Mi reflexión es que, el espectáculo de las ballenas merece más que la mera admiración de observadores; demanda la protección activa de todos, no solo de aquellos que han convertido su amor por estos majestuosos seres en un acto heroico. Regresando a Stephanie Montero y su hazaña, considero que, en esta travesía de 35 kilómetros, no solo desafía las olas, sino también la indiferencia hacia estos grandiosos animales y su hábitat.

Esperamos que el Nado por las Ballenas-Cruce Bahía de Banderas inspire no solo admiración, sino también acción y la promesa de un mañana donde la belleza de la bahía y la majestuosidad de las ballenas perduren, danzando en perfecta armonía.

¿Qué piensan ustedes? Envíenme sus comentarios.

(*) Especialista en consultoría y desarrollo turístico/inversión y gestión inmobiliaria.

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