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La estrategia que sigue la coalición “Fuerza y Corazón por México” inicia con el pie derecho
Y su punto de partida son las buenas calificaciones de los gobiernos locales en donde gobiernan los partidos que integran la alianza.
Y en aquellos municipios en donde Morena gobierna y le ha quedado a deber con creces a la población.
Este año la estrategia a seguir es clave y contundente, el principio básico es entender y reconocer el peso electoral de la marca AMLO.
No se puede negar que en “Fuerza y Corazón por México” se enfrentan a una marca electoral plenamente reconocida en el país y juegan este proceso electoral contra un presidente que se ha convertido en jefe de campaña de la candidata oficial de Morena.
La Cuarta Transformación tiene la estrategia bien definida: aprovechar el carisma de su líder para que la corcholata mayor sea aceptada, y de paso todas las corcholatitas que competirán a lo largo y ancho del país.
Existe la confianza en la Cuarta Transformación que la marca llevará al triunfo a perfectos desconocidos en las localidades en cuestión.
Este fenómeno Xóchitl Gálvez y su equipo ya lo entendieron a la perfección, y se ha instrumentado una estrategia a la inversa, es decir que parte de lo local a lo Federal.
Poniendo especial énfasis en los liderazgos emergentes de la sociedad civil.
Hay que recordar que la propia Xóchitl Gálvez es producto de la presión ejercida por la sociedad civil organizada. Sin esta presión los partidos PAN, PRI y PRD hubieran lanzado de candidato a uno de los suyos y se tuviera en estos momentos un fracaso electoral evidente.
El pasado domingo 14 de enero, en un evento crucial para nueva ESPERANZA DE México y por supuesto para la propia carrera política de Xóchitl Gálvez, quien cerró su precampaña en la Ciudad de México.
El discurso que, por su contenido y relevancia, es un mensaje a nivel de excelencia política.
Xóchitl se definió por una estrategia inclusiva, dirigida a todos los grupos, independientemente de su diversidad.
La ruta para seguir es clara y está plenamente definida: la defensa de tres valores fundamentales que, según ella, están en riesgo en México: la vida, la verdad y la libertad.
La estrategia es evidente y se diseñó con una clara inteligencia política para dirigirla en un espectro amplio y variado de la sociedad.
Su estilo fue franco y frontal, cargado de emoción.
Para reforzar su mensaje e involucrar activamente a su audiencia.
Se sacó de la manga un tono combativo y apasionado, que le da fortaleza y reacción inmediata a quien la escucha.
Al país le empieza a quedar muy claro, que la lucha en este 2024 es por dos caminos:
Continuidad, destrucción y retroceso… o
Cambio por la vida, la verdad y la libertad.
De todo este complejo panorama para este año en que celebraremos el evento electoral que marcará el rumbo del país, nos queda claro que nos enfrentamos a diferentes alternativas.
En realidad, son dos modelos económicos y políticos muy diferentes.
El que ofrece la candidata del partido en el poder, Claudia Sheinbaum, no tiene la presencia de cambios sustanciales, al que está aplicando el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se mantiene el discurso de la soberanía energética, del fortalecimiento de Pemex y CFE, principalmente.
Continuidad de la rectoría de Estado como eje hegemónico, y se continúa con el planteamiento del desarrollo económico regional para alcanzar la “Prosperidad Compartida”.
La exjefa del Gobierno de la Ciudad de México se ha manifestado por construir el segundo piso de la Cuarta Transformación.
Y en contrapartida Xóchitl Gálvez, ofrece un cambio.
En donde la libertad económica sea una realidad para el país, en donde exista un respeto irrestricto a las instituciones y a la inversión privada, respeto a los acuerdos y tratados económicos con otros países, y una franca y verdadera promoción de las energías renovables.
Este panorama es en el terreno nacional.
En el terreno estatal son otros los factores políticos los que están influyendo en el ánimo electoral de nuestra entidad federativa.
Y en nuestro municipio, Puerto Vallarta se está jugando su futuro inmediato, para alcanzar la infraestructura deseada y necesaria para un destino de clase mundial como lo es nuestra ciudad.
La Cuarta Transformación es gobierno municipal por uno de esos veleidosos y raros acontecimientos de la política que sucedieron en el 2021.
Puerto Vallarta es un gran destino turístico, en donde muy poco ha hecho la clase política local o la advenediza de otras regiones por este maravilloso puerto.
Estamos en un punto de partida trascendente, y podemos como sociedad dar el gran salto en el esquema político actual, colocando a un perfil netamente ciudadano y con sobrada experiencia empresarial como posibilidad para dirigir a este municipio.
Se requiere en nuestro municipio que la coalición “Fuerza y Corazón por México”, repita el esquema de Xóchitl Gálvez y se le dé la oportunidad a la sociedad civil de competir electoralmente.
Se tendría una amplia posibilidad de ganar el proceso electoral de nuestra ciudad.
Los partidos políticos están plenamente desgastados ante la ciudadanía, y se cometería un grave error al no escuchar a la sociedad vallartense.
No hay futuro electoral para la alianza “Fuerza y Corazón por México”, si se continúa insistiendo en Puerto Vallarta en colocar en la candidatura a la Presidencia Municipal a actores políticos que ya han jugado electoralmente y que pocos o nulos resultados obtuvieron.
La estrategia planteada por el equipo de Xóchitl Gálvez es reforzarla desde lo local a lo federal y eso sólo lo puede lograr en Puerto Vallarta un candidato de la ciudadanía, que no tenga militancia en ningún partido político.
Con un gobierno municipal ciudadanizado se tendría la garantía de que sería un gobierno alejado de la corrupción que siempre ha operado en este municipio por parte de las administraciones anteriores.
Y tendría como objetivo principal lograr la infraestructura necesaria que trienio tras trienio se ha venido aplazando.
Y por consecuencia vendría el desarrollo económico, que como consecuencia, traería el beneficio social de la clase más desprotegida de nuestra sociedad.
Todo queda en la decisión que asuman las presidentas de los tres partidos en Jalisco; PRI, PAN y PRD para consolidar o descarrilar un gobierno municipal que emerja de la sociedad civil.
(*) Jorge Villanueva Hernández, empresario e inversionista en Puerto Vallarta y Bahía de Banderas.
