A casi un año de la insurrección, los demócratas alistan un acto para conmemorar el asalto 

Agencias /Washington 

Tres generales estadounidenses retirados han advertido este fin de semana que podría ocurrir otra insurrección después de las elecciones presidenciales de 2024, cuando se acerca el primer aniversario del asalto al Capitolio, que tuvo lugar el 6 de enero. 

«En resumen: estamos helados hasta los huesos ante la idea de que un golpe de estado tenga éxito la próxima vez», han declarado los generales, Paul Eaton, Antonio Taguba y Steven Anderson en un artículo publicado en el diario ‘The Washington Post’. 

Partidarios de Donald Trump asaltaron el Capitolio cuando el Congreso celebraba una sesión conjunta para ratificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales, celebradas el 3 de noviembre. El expresidente rechazó repetidamente el resultado electoral, afirmando que se había producido un “fraude”, aunque sin proporcionar pruebas al respecto. El incidente dejó cinco muertos. 

Actualmente, una comisión de investigación como la que se formó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 investiga lo ocurrido. Las autoridades estadounidenses ya han presentado cargos contra 700 personas. 

Mientras, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, anunció una serie de “eventos” para conmemorar el primer aniversario del asalto al Capitolio. “Estos eventos están concebidos como una reflexión, recuerdo y un nuevo compromiso en un espíritu de unidad, patriotismo y oración”, indicó Pelosi en una carta a sus colegas demócratas de la Cámara Baja, informó CNN. 

Al mediodía del 6 de enero se pronunciará una oración y se guardará silencio en la Cámara de Representantes, tras lo que los historiadores Doris Kearns Goodwin y Jon Meacham conversarán “para establecer y preservar la narrativa”. 

La Casa Blanca dijo a principios de diciembre que conmemorará el primer aniversario del incidente, pero no proporcionó detalles. La jefa de prensa, Jen Psaki, señaló que la jornada fue una de las más oscuras” de la historia de la democracia en Estados Unidos. 

Partidarios de Donald Trump asaltaron el Capitolio cuando el Congreso celebraba una sesión conjunta para ratificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales. El ex presidente rechazó repetidamente el resultado electoral, afirmando que se había producido un “fraude”, aunque sin proporcionar pruebas. El incidente dejó cinco muertos. 

Actualmente, una comisión de investigación como la que se formó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 investiga lo ocurrido. Las autoridades estadunidenses ya han presentado cargos contra 700 personas. El Pentágono informó que agilizaría el proceso con el que se aprueba y activa el uso de las fuerzas de la Guardia Nacional (GN) en Washing-ton. El Pentágono fue criticado por su lenta respuesta durante el ataque del 6 de enero al Congreso. 

Los oficiales militares tardaron más de tres horas en desplegar a la Guardia Nacional hacia el Congreso. El Secretario de Defensa será a partir de ahora “la autoridad de aprobación única para todas las solicitudes” concernientes al uso de emergencia del personal de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia, dentro de Washington, señaló el Pentágono. 

La capital de Estados Unidos, que está separada de los estados limítrofes de Maryland y Virginia y no es un estado por derecho propio, tiene un estatus especial que impide la intervención militar, policial o de la GN al Capitolio. 

Cuando la policía estaba siendo sobrepasada por los vándalos, se les pidió ayuda a funcionarios del Pentágono, quienes dijeron más tarde que fueron reacios a enviar reservistas uniformados y armados al Congreso por temor a exacerbar las tensiones. 

Los cientos de reservistas de la Guardia Nacional que se apostaron en Washington durante el pasado verano, en medio de las grandes protestas contra el racismo, fueron criticados por la violencia que aplicaron contra los manifestantes. 

Tres generales estadunidenses retirados advirtieron en diciembre que podría ocurrir otra insurrección después de las elecciones presidenciales de 2024. “En resumen: estamos helados hasta los huesos ante la idea de que un golpe de Estado tenga éxito la próxima vez”, han declararon los generales, Paul Eaton, Antonio Taguba y Steven Anderson en un artículo publicado en The Washington Post. 

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