OPINIÓN

Por Brasil Acosta (*)

En 1939 inició el asedio a los judíos por parte del nazismo encabezado por Hitler. Terribles métodos de exterminio se utilizaron para acabar con los judíos sólo por el hecho de ser judíos, es decir, se mataba por razones de discriminación, de supremacismo racial. Dos factores inhumanos se dieron a conocer en la historia de la humanidad: la realización de los famosos guetos, es decir, barrios donde se establecían judíos confinados y separados del resto de la población; segundo, los campos de concentración donde se cometieron las más terribles atrocidades que pueda el ser humano imaginarse. 

 Se sabe, por ejemplo, que en algunos campos de concentración experimentaron los científicos nazistas alemanes con los judíos para determinar capacidades de resistencia del cuerpo humano; de la grasa de los judíos hacían jabón; antes de matarlos les quitaban los dientes de oro, las joyas y todo lo que de valor traían consigo a la vista o escondido; innovaron en acciones de crueldad los alemanes nazis, pues se inventaron, tanto las cámara se gases para matar masivamente, así como los hornos crematorios industriales para desaparecer sus cuerpos. De esta forma se ahorraban balas para matar.

 Según el analista argentino Christian Lamesa, en su magnífica obra: La paternidad del mal, en la cual destaca quienes fueron los cómplices de Hitler, se describen pasajes aterradores de lo que hicieron los alemanes y los banderistas ucranianos, en contra del pueblo judío: por ejemplo, la masacre de Babi Yar, a las afueras de Kiev, “donde asesinaron entre cien mil y ciento cincuenta mil judíos ucranianos… Buscaban infundir el mayor terror posible en sus víctimas y en quienes fueran testigos de estos actos… A muchas mujeres y niñas las violaron salvajemente antes de torturarlas hasta morir… casi nunca utilizaban armas de fuego durante estas matanzas; tan solo se valían de hachas, sierras, barras de hierro y cuchillos de todo tipo, tornando de este modo a los ataques, en auténticas orgías de sangre y terror”.

 Ahora bien, como resultado de este genocidio, después de la derrota de los nazis, que el pueblo ruso logró a un altísimo costo de 27 millones de vidas y después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de las Naciones Unidas el 29 de noviembre de 1947 acordó la conformación del estado de Israel, para el pueblo judío, pero en tierras que ya estaban habitadas por el pueblo palestino. En virtud de las terribles masacres descritas líneas arriba, casi nadie se opuso a la resolución que formaba el estado israelí. La resolución 181 fue votada en el pleno y quedó así: “La recomendación de la mayoría para la partición fue vista como una solución más justa y posteriormente adoptada por una votación de 33 a 13 con diez abstenciones el 29 de noviembre de 1947.” México se abstuvo. El problema es que a la hora de formar estados sólo se formó el estado israelí, pero no el estado palestino y pasó como el cuento del sapo que fue invitado a una casa ajena; sin embargo, se empezó a hinchar el sapo, a hinchar y a hinchar, hasta que por la presión sacó a los propios habitantes de la casa. Pues esto pasó de manera semejante con el pueblo palestino el cual, desde entonces, ha resistido y el brazo organizado visible para la resistencia ha sido la organización Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica); México en su momento se pronunció a favor de la formación del estado palestino, pero eso no sucedió.

 Después de años de vejaciones y de expulsar a los palestinos al territorio de la franja de Gaza, de ser tratados por el gobierno israelí como antes ellos por los nazis, resulta que Hamas proyectó un ataque que, según muchísimos analistas pudo ser sofocado con antelación, evitado y para muchos resulta sospechosa la falta de información de uno de los servicios de inteligencia más avanzados del planeta, el Mossad. Si no sabían, malo y si sabían y no hicieron nada, peor. Creo esto último, porque debían tener una coartada para poder hacer lo que hoy está haciendo el ejército israelí.

 Antes que todo, creo que vale la pena señalar que Rusia ha denunciado que el gobierno de Ucrania le ha proporcionado armas a Hamas, a lo cual la BBC ha guardado sepulcral silencio, con lo cual se refleja que Ucrania está lucrando con la “ayuda” que le dan los países que pertenecen a la OTAN. ¿Estarían de acuerdo los herederos de Stepán Bandera, “héroe ucraniano” entrenado por la Abwehr (inteligencia militar alemana) y comandante de hordas que masacraron brutalmente a más de 200 mil judíos y miembros de otras etnias, con los israelíes para que ese ataque se perpetrara y sirviera de pretexto para la masacre que hoy el ejército israelí hace en contra del pueblo palestino? No lo puedo confirmar, pero no sería remoto.

 El presidente ruso Vladimir Putin, en el portal RT con fecha 15 de octubre de 2023, ha comparado el sitio de Gaza por el ejército israelí, con el cerco a Leningrado por los fascistas alemanes y lo calificó de “inaceptable”. La misma ONU ha puesto de relieve esos excesos del ejército israelí y muchos analistas coinciden en que se trata de una respuesta totalmente desproporcionada del ataque de una organización respecto a la devastación de una población. Una nota del portal de RT, con fecha 17 de octubre de 2023, señala lo siguiente: ““Sin palabras””: la ONU denuncia ataque mortal de Israel contra una escuela con miles de refugiados.” La misma nota aclara lo siguiente: ““Un ataque a campos de refugiados densamente poblados donde la gente se refugia en escuelas e instalaciones de la ONU es algo absolutamente impactante”, ha subrayado, al tachar las acciones de las fuerzas israelíes de “una muy triste violación del derecho internacional humanitario”. “No tengo palabras en este momento”, ha expresado Al-Rifai.” ¿No se parecen estas noticias a los testimonios descritos por el analista Christian Lamesa? ¿Será que ahora se busca venganza por lo que los alemanes les hicieran a los judíos, pero ahora el ejército israelí es el encargado de “vengarse” generando un nuevo holocausto, pero ahora contra el pueblo palestino?

 La realidad nos muestra que los pasos que se dan van en esa dirección y ello resulta totalmente peligroso para la paz del mundo, pues los castigados antes por el nazismo, son los nazistas de hoy que castigan a un pueblo, el palestino, solo por ser un pueblo árabe y no judío. Debemos condenar y oponernos a un nuevo holocausto en contra del pueblo palestino y pronunciarnos por un mundo en paz, libre de supremacismos, multipolar, equilibrado y mejor para todos.

(*) Diputado federal antorchista.

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