Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Gonzalo Ramírez es un artista inquieto. En su juventud se inició en la fotografía, pero ésta solo le abrió las puertas para tener trabajo, y para conocer otros lugares y otras expresiones artísticas. Vivió en Puerto Vallarta 12 años, en la mejor época del auténtico pueblo de pescadores, colaboró en Vallarta Opina a donde lo invitó el mismo licenciado Luis Reyes Brambila.

Así podría ser una parte de la síntesis de su vida, que abarca muchos otros aspectos, porque después de vivir en Puerto Vallarta, vivió tres años en la ciudad de Guadalajara, luego se regresó a su tierra, a la ciudad de México, y con un amigo se embarcó en otra aventura al irse a Estados Unidos, donde hizo de todo, porque ingresó con visa de turista, pero no tenía permiso para trabajar y como ilegal, tuvo varios empleos, “allá fui taquero, fui jardinero, hacía fotos, y en las noches me iba a los bares” a oír música y a tocar también.

Desde adolescente oía mucha música, porque su papá el doctor Mario Ramírez, le encantaba la bohemia y tocaba el acordeón, y su mamá Ana Elsa Soto, que ahora tiene 89 años, integra el coro “Corazón que Arde” de la UNAM y por ello después de vivir en Vallarta y Guadalajara, al regresar a la ciudad de México le invitaron a tocar en una banda de blues y aceptó aunque dijo, “a ver cómo le hago” porque nunca había tocado, aunque había agarrado el acordeón de su papá y algún instrumento.

EL “GUSANITO” DE LA MÚSICA

En realidad, relata ahora en la entrevista, el tema de la música es “toda una historia” y cuenta que es “el típico caso de a mí me hubiera gustado ser músico, pero mis papás no me dejaron. En mi casa todos eran bohemios, mi papá era médico, pero era un bohemiazo, le gustaba la chorcha, tocaba el acordeón y yo desde muy chavito tocaba el acordeón también y sacaba canciones, pero sin saber nada de música”.

De hecho, precisa: “No pude estudiar música y por eso me enfoqué a la fotografía, y aunque la fotografía ha sido algo interesante, siempre me quedaba el gusanito de qué onda con la música… y así fue, siempre había una como frustración y ese rollo. Y bueno yo tocaba pero nada serio, sin saber”.

“Entonces, un día cuando yo estaba en Vallarta, después de tronar con mi matrimonio, me regresé a México, me invitaron a tocar por primera vez en una banda de blues, acepté y fue cuando dije, a ver cómo le hago porque yo no sé tocar bien. A fin de cuentas hubo una cuestión ahí del blues y pues se me dio y empecé a tocar con ese grupo “Charro y los blues hawers”, un grupo de aquella época, y luego ya tocando, dije me voy a poner a estudiar un poquito, la onda alternativa y blussera y toqué con varias gentes, tuve un circuito ahí,  y además empecé a estudiar porque me gustaba”.

“Seguí haciendo fotografía porque de eso vivía, pero la música comenzó a convertirse en un hobbie muy serio. Y en otra de mis crisis, comencé otra aventura, me fui de mojado, al otro lado; me fui con un amigo que tenía la ciudadanía americana, y había vivido en Houston Texas, y vámonos allá hay chamba y la vamos a hacer y llegamos, sin permiso para trabajar obviamente, obtuve la visa para ir de turista pero comencé a trabajar de ilegal, y Texas Luisiana es la cuna del blues”.

Ahora considera que su cruce al otro lado del río Bravo fue “una experiencia maravillosa y creo que ahí fue donde de alguna manera se convirtió en algo serio la música para mí. Regresé a México e hice mi grupo de blues y música negra, y todo lo que sale de ahí, el blues, el jazz, el soul y todo ese rollo, y me fue bien; comencé a tocar en bares, y ahora si comencé a ganar lanita como músico, no me fue mal, y me campechaneaba, hacía la foto, y hacía música, y ya se convirtió en algo sólido para mí, y en Estados Unidos comencé a componer, y entonces la composición se convirtió en algo serio”.

EL PASO A LA COMPOSICIÓN

Pero con el tiempo fui experimentando, y comencé a componer, de cero, de raíz, porque me gustan todos los géneros musicales, y con el tiempo entendí he compuesto música y tengo más de 100 composiciones en mi catálogo y tengo jazz, blues, tengo cumbia, tengo danzas, tengo románticas, y en el tiempo de la pandemia, o antes estuve estudiando y tomé un curso con un maestro, que es académico de música clásica.

“Le dije ‘yo no se nota bien, pero me inquieta y entonces el dio un curso básico de orquestación sinfónica y lo tome y me encantó, me clavé fuertísimo y seguí tomando clases con el, que es un compositor mexicano muy joven, que toca su música todo el mundo. Se llama Alexis Arana A veces las suelto y luego retomo las clases con él, y en eso estoy, a final de cuentas.

Hice un primer álbum, un primer lanzamiento de un CD que se llama “Yo soy Gonzo”, es un álbum completo de 12 canciones, hace como tres años, hice algo de blues, y con ese disco cumplí uno de mis sueños.

Recuerda que estando en Puerto Vallarta al pasear por el malecón y la playa de los Muertos pasaba por el restaurante Cuates y Cuetes, y escuchaba la música donde conoció a otro músico de nombre Paco y donde oyó tocar a músicos que decía, “que bárbaro, quiero tocar así y se hizo una promesa: “voy a ir a Vallarta, voy a dar un concierto en Los Arcos y voy a tocar en Cuates y Cuetes y ese propósito lo cumplió hace tres años, y fue “un gustazo”. También tocó en hoteles “para la banda vallartense y ese día me sentí realizado”.

Hoy, “Gonzo” además de atender su negocio de comida en Oaxaca, de nombre “Picante” con la especialidad de cochinita pibil, tiene múltiples proyectos artísticos, pronto estrenará en el Centro Nacional de las Artes su obra “Despertar”, un arreglo para piano y chelo,  con la participación de la chelista la Maestra Ina Velasco, la coreógrafa Isabel Romero y la bailarina Rocío Guzmán.

“Radicado en Oaxaca estoy componiendo y produciendo música tanto para talentos emergentes cómo proyectos propios, cuento con un catálogo de más de 100 canciones y piezas musicales que van del Blues al jazz pasando por soul, gospel, zydeco, baladas, cumbias, salsas, soul, gospel, fusión, neo clásico y música sinfónica”.

“En 2012 lancé el sencillo “American Dream” que es un homenaje a los migrantes de México y Latinoamérica, el mismo año con un corte de canción de protesta el sencillo “Serpiente Emplumada” en 2018 el álbum “Claroscuro” con 12 temas originales escritos y producidos por mí, en 2020 el sencillo “París”, el mismo año el sencillo “Claudia”,  en 2021 “Hacia el sur” en una producción musical México – Argentina con el músico argentino Machy Madco, y actualmente estoy trabajando en un álbum de música de ritmos afrolatinos y otro de jazz trío que espero lanzar el próximo año”; en 2019 el lanzamiento del Álbum “Back to Home”, un disco de blues que incluye 7 clásicos del Blues de los grandes Maestros y 6 ‘blueses’ originales, grabado con el maestro Rod del Ángel”.

Por eso no se equivoque, Gonzo, no es el personaje de los Moppts, sino un creativo artista con una gran trayectoria.

gonzaloramirezdefotografoablusserodecorazon2 1024x576 - Gonzalo Ramírez, de fotógrafo periodístico a inquieto blussero de corazón
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