Historias de película

TERCERA LLAMADA

Por María José Zorrilla

Era una madrugada del mes de febrero de hace 8 años cuando la policía irrumpió en la casa de un pacífico matrimonio español afincado en Vallarta desde hacía muchos años.  Ella era escultora y el quiropráctico y maestro de yoga. Tenían dos hijos con calificaciones sobresalientes en la preparatoria regional y sus vidas transcurrían con aparente tranquilidad.

De pronto sale a la luz pública que los dos vascos radicados en México eran los etarras más sanguinarios buscados desde hacía más de 20 años por una decena de asesinatos y más de 18 atentados cometidos entre 1991 y 1992.

En su comparecencia, según la nota del periodista Fernando Pérez de El País, el juez de la audiencia nacional Ismael Moreno les comunicó las siete causas que tienen abiertas en tres juzgados. Coches, bomba, paquetes bomba, asesinatos a balazos y tiros en la nuca, son algunos de los atentados en los que la justicia los considera implicados, durante su actividad como miembros de ETA del comando Ekaitz.

En Vallarta se les conocía como Eva Barreña y Juan Manuel Ruiz y la policía no sabe cómo lograron infiltrarse en México con nombres falsos y documentos en los que los 2 hijos varones ya nacidos en México, apellidan Ruiz Barreña. Debió haber sido un shock tremendo para los chicos que desconocían totalmente el pasado de sus padres cuyos nombres reales eran Juan Jesús Narváez Goñi e Itziar Alberdi. La hazaña de su localización después de 22 años fue gracias al trabajo conjunto entre la Policía Nacional Española y la Central de Inteligencia mexicana conocida como el CISEN.

Sus hijos sabían que eran de origen vasco, pero para ellos eran una pareja muy bien avenida que habían formado una familia ejemplar y con buena aceptación por parte de la comunidad vallartense. Eva expuso sus esculturas en barro en diversas galerías de la ciudad y Fernando daba clases de yoga y de meditación “para acceder al nirvana”.

Muchos en Puerto Vallarta los conocimos bajo ese “manto de paz” que la pareja parecía irradiar. Los vecinos comentaron que eran muy tranquilos, no frecuentaban a nadie y los hijos eran muy estudiosos.  Me tocó inaugurar una exposición de los alumnos del taller de escultura del Cuale en la Biblioteca Los Mangos. Allí estaban las piezas de Eva de estilo clásico y figurativo y no de mala manufactura. Quién iba a imaginar que la creadora de mujeres en posturas de recogimiento con tierna mirada habría sido una sanguinaria guerrillera.

Vaya historia sobre los dos “inocentes” hispanos que vivieron en la clandestinidad con un perfil bajo y pacífico y sobre los que pesan más de doscientos años de condena. Pero así es y ha sido nuestra ciudad, como de película. Tal vez algún día alguien se anime a llevar a la pantalla esta historia como muchas otras que han tenido lugar en este paradisiaco punto del Pacífico Mexicano.

Definitivamente la más espectacular de todas es la filmación de “La Noche de la Iguana” de John Huston en 1963 que logró generar una gran expectativa por los personajes involucrados en el filme y por el romance que se estaba gestando desde la filmación de Cleopatra meses atrás entre Richard Burton y Elizabeth Taylor.

Ella no actúa en la película, pero llegó a Vallarta del brazo de su nuevo amor como para asegurarse que Ava Gardner la protagonista femenina no se fuera a interponer en su camino. Ava había sido considerada como la criatura más hermosa de la tierra, pero también una devoradora de hombres. Elizabeth Taylor no solo tenía una belleza deslumbrante, era una de las actrices de moda más cotizadas de Hollywood. A esos personajes habría que añadirles otros de gran calado que intervienen en la película como Sue Lyon, Deborah Kerr, Emilio El Indio Fernández y Gabriel Figueroa, quien hizo la excelente fotografía y la del autor del guion original de la trama, el famoso escritor Tennessee Williams.

No había escenario más llamativo para el mundo del espectáculo que el set de La Noche de la Iguana, ni condiciones más espléndidas para la prensa internacional que venir a Puerto Vallarta el lugar que Huston nombró como “el edén junto al mar”, para dar cuenta de toda la producción y de la historia de amor que se estaba consolidando entre Burton y Taylor.

A partir del 63, el año del Conejo, de la suerte según el horóscopo chino, como lo denominó el cronista Carlos Munguía, Puerto Vallarta transformaría su futuro. Todos de alguna manera reconocemos que la producción de Huston elevó al otrora puerto de pescadores y agricultores a otro rango, no obstante, no había leído nada que estuviera tan bien sustentado y estructurado sobre el devenir de Vallarta, su contexto histórico, social, arquitectónico, turístico y cultural como el texto que publicó el Dr. Marco Antonio Cortes Guardado.

El investigador, ex rector del CUC en Vallarta y de la UdeG hace un minucioso estudio que, para los amantes del cine, y de la historia es una verdadera joya que trasciende la esfera de lo local. “Puerto Vallarta de Película” se presentará en la Biblioteca Los Mangos el viernes 11 de febrero a las 6 PM. Fungen como presentadores Estrella Araiza directora del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), Pavel Cortes Almánzar, director de Programación del FICG y del Premio Maguey y una servidora, que gracias a la gran amistad que me tiene el Dr. Cortes también me ha incluido en esa terna de presentadores. Espero estar a la altura del texto y de los invitados.