Médicos Sin Fronteras cumple medio siglo 

El sueño idealista que comenzó con trece médicos franceses hoy es una multinacional de la ayuda humanitaria que tiene 64,000 empleados 

Agencias /París 

Hace 50 años trece médicos franceses decidieron sumar sus fuerzas y crear una organización humanitaria de intervención en casos de urgencia. Eran jóvenes e idealistas y el fruto de esa unión, Médicos Sin Fronteras (MSF), ha crecido hasta alcanzar el tamaño de una multinacional de unos 64.000 empleados. 

Pocas organizaciones globales pueden presumir de tener en su currículum ese skin in the game (jugarse la piel) en todo lo que emprenden. Desde su fundación hace ahora 50 años por un puñado de doctores idealistas, no hay guerra, epidemia, hambruna o desastre natural en el que no hayan estado presentes, a veces con un enorme coste personal de sus miembros, que han soportado muertes y secuestros. Por ese compromiso, el de permanecer y trabajar por los más necesitados y olvidados de la Tierra, en aquellos lugares en los que los Estados han fallado con estrépito, se han ganado la reputación que hoy tienen. 

Fue el 21 de diciembre de 1971, cuando MSF nació para atender a las personas que sufrían por la guerra de Biafra, en Nigeria. Fue fundada por un pequeño grupo de médicos y periodistas franceses. En ese contexto, sólo cuando Nigeria lo autorizaba podían entrar en juego las ONG para atender a los cientos de miles de víctimas que iba dejando aquel conflicto. Si el Estado en cuestión no lo permitía, entonces no había despliegue y las muertes, sobre todo de niños por la hambruna, se multiplicaban. Pero estos profesionales se rebelaron contra esa práctica y buscaron ampliar la accesibilidad a la atención médica sin atender a ideologías, religiones o razas y ejerciendo su labor como un derecho de todos. 

 “Desde entonces, hemos prestado servicios médicos en los principales conflictos sociales y desastres de las últimas décadas”, señaló la organización al respecto. “Actualmente, contamos con 436 proyectos de acción médica en más de 70 países, gracias a la labor y al esfuerzo de más de 45,0000 trabajadores y trabajadoras, así como al apoyo económico de más de seis millones de donantes en todo el mundo que comparten nuestros ideales”. 

Médicos Sin Fronteras cumple los 50 años deseando desaparecer por no hacer ya falta, pero sabiendo que hacen más falta que nunca. Esta organización humanitaria fue fundada en 1971, a raíz de la guerra de Biafra,  

Con un presupuesto anual de alrededor de 1.680 millones de euros, la organización benéfica desplegó alrededor de 114 millones de euros (128 millones de dólares) en la República Democrática del Congo en 2020.  

El segundo país en recibir el mayor volumen de fondos fue Sudán del Sur con 78 millones, seguido de Yemen. con 74 millones.   

En una de sus publicaciones de su página, MSF señaló: “El nacimiento de nuestra organización está íntimamente ligado a la guerra. Hoy, medio siglo después, las poblaciones víctimas de conflictos siguen siendo nuestra prioridad: ya sea en Siria, en Yemen, en Etiopía o en Mozambique…”. 

MSF ofrece asistencia médica integral, y pone especial énfasis en la atención a menores de edad y a mujeres (por ejemplo con servicios de obstetricia de urgencia). “Hemos desarrollado paquetes específicos para víctimas de la violencia sexual y también ofrecemos atención a la salud mental como componente esencial de nuestra asistencia en conflictos”, recuerda la organización. 

El grupo, fundado por el médico francés Xavier Emmanuelli, entre otros, inició oficialmente sus trabajos hace 50 años con 13 profesionales de la salud preocupados por la situación humanitaria de los pueblos en situaciones de emergencia en el planeta. MSF tuvo su primera misión oficial en Managua, una ciudad devastada por un terremoto que en 1972 cobró entre 10,000 y 30,000 vidas. Ahora cuenta con unos 64,000 empleados. 

Hoy asoman problemas nuevos del planeta como los millones de desplazados o el cambio climático. Con esa idea de independencia (el 90% de sus fondos provienen de donantes privados) suelen ser los primeros que llegan a una emergencia y los últimos que se van. Por todo ello fueron galardonados con el Nobel de la Paz en 1999. 

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