Bucerías llevó a cabo su Viacrucis y pidió perdón por su pueblo 


Lo singular en esta ocasión fue que la mayoría de los asistentes fueron familias y que un extranjero participó vistiéndose de centurión 

Por Eugenio Ortiz Carreño 

Perdona a tu pueblo Señor, Perdona a tu pueblo, perdónalo. Señor… 

Esta fue la estrofa más repetida de los participantes del Viacrucis en el pueblo de Bucerías, que en esta ocasión volvió a cambiar su itinerario, ya que bajó de la parte más alta, hacia la parte baja. Fue como bajar del cielo, de un lugar de delicias, al infierno, al tránsito vehicular, a las prisas de la gente, a los gritos y agitación cotidiana. 

-No estés eternamente enojado, no estés eternamente enojado, perdónale Señor… sigue la estrofa del canto que entonan decenas de familias rezando Padres Nuestros y Aves Marías. El contingente está formado por las mujeres que acompañan a Jesús y los centuriones, pero también por señoras y señores padres de familia que tomaron a sus hijos, y los cargaron durante todo el trayecto entonando el canto de Perdón, 

Al inicio, José Manuel Hernández se colocó su vestimenta blanca y roja, al igual que sus acompañantes. Jesús es de Bucerías y ya tiene unos 10 años haciendo la representación de Jesús en el Calvario y lo hace en memoria de su mamá y su hermana. 

Hoy la representación tiene mucho de realidad, porque el pasado domingo en la noche  Jesús se cayó en su casa y se lastimó el hombro izquierdo, que todavía lleva vendado. A su lado coordinan todo lo necesario las señoras María del Socorro Ortega Blanco, Araceli Paz, Isabel Salazar, Eugenia Blanco, Enrique Ulloa, Ana María Ledesma, María del Refugio y el narrador Israel Blanco, además condujo la camioneta con el sonido Joel Jiménez, y todos fueron coordinados por el párroco Saul Cortés. 

Sin embargo, a la mera hora faltaron personajes, y el de la voz al sonido convocó y dijo: “se ocupan dos voluntarios para hacer la representación de los ladrones… no se amontonen solo se ocupan dos… hombres, voluntarios, insistía hasta que finalmente de entre los presentes se ofrecieron dos personas o fueron empujados dos más para que entraran, incluso el que tendría que ser el Cireneo, el único que ayuda a Jesús a cargar la Cruz. 

Ahí se hizo la primera estación, en lo más alto y al bajar fueron desgranándose las 14 estaciones como granos de maíz, relatándose los momentos más importantes del trayecto del Calvario y a  los cuales se les ha dado un sentido doctrinario. 

Una a una se fueron bajando, cantando “perdona a tu pueblo, Señor; perdona a tu pueblo, perdónalo Señor… entre calles terrosas y en otras partes calles pavimentadas hasta llegar a la carretera, donde los automovilistas y transportistas hicieron reverencia y pararon sus vehículos para que pasara el contingente de familias. 

Fue curioso, todos llevaban palmas que dan aroma, y es que se confunde el Viernes Santo con el Domingo de Ramos, que es de lo mismo, uno es la continuación del otro, pero no es coherente. Es como estar de fiesta, cuando tienes que estar de luto. 

Finalmente llegó el contingente a la iglesia, atravesando rápido la carretera que en este punto es de cuatro carriles. La gente se queda admirada, pues muchos vienen a Bucerías a echar relajo, y solo unos cuantos extranjeros toman fotos en sus equipos de celular, y respetan la manifestación religiosa. 

En el interior de la parroquia, dedicada a Nuestra Señora de la Paz se desarrollan las cuatro últimas estaciones, hasta que el cuerpo es bajado de la cruz y llevado al sepulcro y se espera la resurrección prometida. 

Al final se invita a los presentes a participar en la Procesión del Silencio programada para las 9:00 de la noche para guardar luto por la muerte del Señor. Y fuera, en las calles de Bucerías se puede constatar cuanta necesidad tiene este pueblo de Perdón. Por eso las peregrinantes cantaban: “perdona a tu pueblo Señor, perdona a tu pueblo, perdónalo Señor. No estes eternamente enojado, no estés eternamente enojado, perdónale Señor”. 

Los ecos de los cantos se perdieron, mientras en las playas el alcohol y la cerveza se consumen a diestra y siniestra y las tentaciones son evidentes. 

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