Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

El pueblo de Bucerías cambia de aspecto en un parpadeo. La calle Pacífico, que cruza de sur a norte el centro, luce hoy como un plácido andador, con una amplia y moderna banqueta de casi tres metros de ancho y un carril de circulación para un solo vehículo, no más.

Las mejoras arrancan por el lado izquierdo, hacia la playa, desde el restaurante Adriano’s, pasando por el negocio de El Chivero, y una sucursal de el Gordo, cuya matriz se encuentra a unos 200 metros al sur, en la misma playa del centro. La banqueta del lado derecho sigue en las mismas condiciones, y solo cambian los modernos edificios que sustituyen a las antiguas palapas.

La comunidad de Bucerías cuenta con 16 mil habitantes, de acuerdo al censo de población del 2020, y su primer nombre fue Santa Julia de las Tablas, ya que a esa playa llegaban barcos españoles que visitaban el lugar para adquirir madera, de ahí el nombre y por muchos años no pasó de ser una ranchería de unas 4 o 5 casitas de palapa.

Pero el desarrollo inmobiliario ha sido explosivo y en un abrir y cerrar de ojos el aspecto del pueblo, cambia considerablemente, tanto en la zona conocida como “Zona Dorada”, del lado sur, y vecino de Nuevo Vallarta, como en el centro y sobre todo en la parte conocida como Playas de Huanacaxtle, donde surgen torres y más torres de departamentos o condominios.

El único “pero” que se le pone es que los desarrolladores invaden áreas públicas a diestra y siniestra, ya que hoy ha desaparecido al menos una “ventana al mar” que permitía tener acceso a la playa a los visitantes que se hospedaban en los hoteles y condominios de la zona conocida como “Picos”.

El punto es que no solo son los inversionistas, sino que también han llegado personas que carecen de vivienda y para pronto montan una estructura de palos a los que les montan pedazos de plástico duro y láminas, de manera que les permiten vivir bajo “techo” y en la playa de Bucerías.

Recorrer las calles de Playas de Huanacaxtle permite conocer el estado en el que se encuentran, ya que el ayuntamiento no regresa nada de lo que recibe por concepto de impuestos y pago de permisos y licencias. Al caminar por la calle que corre paralela a la playa, o a la carretera, se puede uno percatar que el adoquín está levantado en múltiples puntos y la pregunta que surge, como hacen los automovilistas para circular sin afectar sus autos.

Algunos vecinos reconocen que la invasión de espacios públicos como las ventanas al mar, es imparable, y lo peor es que los nuevos inversores no son los más recomendables, pero ya están acabando con Bucerías, aunque el pueblo tiene mucho más terreno en las partes altas, pero el problema es que todos quieren casa a orilla del mar o con vista al mar.

En esa parte del pueblo, se encuentra una calle, con jardineras y árboles grandes que dan sombra a los paseantes, que son pocos. Muchos de ellos son mozos o afanadoras de los condominios de alrededor. El temor es fundado, de que cualquier día, se siembren grandes cimientos para otros edificios en esa parte que es la única que se ha salvado de los depredadores inmobiliarios.

cambianlaimagenpueblerinadebucerias2 1024x768 - Mejoran imagen del centro de Bucerías, pero cambian su aspecto pueblerino
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