José Reyes Burgos
Puerto Vallarta


El pánico por la pandemia de coronavirus se ha extendido, a veces más rápido que la propia enfermedad, y ya repercute en efectos negativos para la economía de Puerto Vallarta y Riviera Nayarit, que depende en un 90% del turismo. Todos los cruceros están cancelados por 30 días, los aviones registran baja afluencia de turistas, pues muchos han cancelado por temor al brote.

Se espera este final abrupto de la temporada alta de turismo extranjero, y ya un 30% de las reservaciones a futuro en Riviera Nayarit han ido a la baja o sido canceladas, en palabras de agentes de viajes y touroperadores que trabajan con extranjeros, “nada se vende ahorita, todos tienen miedo”.

Son los canadienses y estadounidenses quienes componen la mayoría del mercado turístico aquí. Ambos están en crisis por la pandemia y bajo la incertidumbre.

¿Que sucederá entonces con este destino? ¿Volveremos a la raquítica crisis de los años 2009 y 2010? ¿Y entonces quién va a venir? ¿Los europeos? (evidentemente no).

De acuerdo a lo que se comenta entre las esferas de restauranteros, hoteleros, touroperadores y demás directivos locales, toda la esperanza para salvar la economía de la temporada está puesta sobre el turismo nacional, que para Semana Santa y Pascua se compone un 90% de personas de Ciudad de México y el interior de Jalisco, especialmente Guadalajara.

Si se llena como suele pasar, esto dará un respiro a la economía local, que poco a poco se irá viendo afectada por la reducción de llegadas en turismo extranjero. Y al menos hasta que pase la contingencia sanitaria, y si lo hace antes del próximo invierno, se volverá a tener un alto grado de turismo en esta región. Por lo que ya muchos voltean a ver a la promoción del destino entre ‘los paisas’ de otros estados, en afán de lograr atraer a este mercado cuando nadie más va a venir.

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