¿Por qué somos así?

OPINIÓN

Por Jorge Berry (*) - m.jorge.berry@gmail.com

Empiezo por comentar la famosa “marcha del desquite” que está montando el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Es claro que le dolió, pero en serio, la explosión social que se produjo en defensa del Instituto Nacional Electoral.

Participaron más de un millón de personas en todo el país, 650 mil de ellas solo en CDMX. ¿Se acuerdan cuando AMLO prometió que si alguna vez había una manifestación de más de 100 personas en su contra, renunciaría? Una más de las miles de mentiras con las que este hombre ha engañado a los mexicanos más vulnerables, a quienes además, presume ayudar. Nada más falso.

El evento del ego presidencial será el domingo 27, culminará en el Zócalo, y costará una fortuna a las finanzas públicas. Los casos de acarreo, forzado e inducido, son evidentes, y el gobierno, en su arrogancia, no se preocupa ya ni siquiera por ocultar la burda manipulación.

No sé cuántos junten, pero habrá muy pocos que vayan por convicción. En la protesta por los ataques contra el INE, les recuerdo que la participación fue totalmente voluntaria, y pagada por cada uno de los asistentes. Hay un mundo de diferencia.

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¿Por qué somos así los mexicanos? Después del primer partido de México en Qatar, la FIFA abrió una investigación sobre gritos homofóbicos emanados de los aficionados de México. Durante el juego contra Polonia, se escuchó el grito de “el que no salte, es un polaco maricón”. No se trata de asustarnos por la ofensa en sí. En todo caso, no parece tan grave como el ya famoso “eeeehhhhhh, puto”, que ya nos ha costado sanciones de la FIFA.

Lo que rebasa mi comprensión es que si todos los aficionados al futbol, en especial quienes están gastando sumas fabulosas para estar en Qatar, saben que esas conductas son inaceptables, lo sigan haciendo, aun sabiendo que pueden acabar perjudicando a nuestro equipo.

Y no contentos con ello, la noche del miércoles protagonizaron, no uno, sino dos enfrentamientos a golpes con aficionados de Argentina. Es claro que el partido de mañana contra Argentina significa mucho, dados los resultados del primer juego. México empató a 0 con Polonia, y en la primera gran sorpresa del Mundial, Arabia Saudita superó a Argentina por 2 a 1. Por ello, el juego de mañana es crucial, sobre todo para Argentina.

En Doha, la capital de Qatar, hay zonas exclusivas para que los visitantes de todos los países se encuentren y convivan. Aquí fue una de las reyertas, y la otra fue a las afueras de un estadio. Por fortuna, en ninguno de los escenarios se vendía alcohol, pero ello no impidió que hubiera heridos, ensangrentados y cortados. Lo que no hubo fue detenidos, lo que habla del cuidado con el que la policía de Qatar está tratando a los visitantes.

Lo que provocó la violencia fueron las burlas de los mexicanos sobre la actuación del superestrella argentino Lionel Messi. Los cánticos criticaban su actuación ante Arabia, y esto encendió a los argentinos, hasta que llegaron a las manos. Habrá, supongo, algún operativo especial de la policía de Qatar para contener los ánimos antes y después del partido. Pero es, para mí, realmente desconcertante la conducta de los aficionados mexicanos.

Si tienen dinero para ir a Qatar, es claro que habitan un sector social, mínimo, de clase media, con educación, si no universitaria, si por lo menos preparatoriana. Son los que, cuando van a Estados Unidos no tiran basura en la calle, y respetan todas las reglas. ¿Por qué, entonces, se comportan como trogloditas en Qatar? Y no es de ahora. Recuerdo en el Mundial de Brasil a mexicanos detenidos por liarse a golpes con un brasileño, y que, para colmo, eran funcionarios públicos de la entonces delegación Benito Juárez. Además del pobre muchacho que, absolutamente alcoholizado, se tiró desde un yate en el que estaba hospedado, y murió.

Un Mundial de Futbol es una experiencia maravillosa. Es para disfrutarse y divertirse. Ni los argentinos ni los polacos son nuestros enemigos.

Espero no tener que contarles algún desastre mayúsculo que pueda ocurrir el sábado.

¡Hasta el lunes, amigos de Bahía y Vallarta!

(*) Periodista, comunicador y líder de opinión con casi 50 años de experiencia profesional.