EN LÍNEA

Por Humberto Aguilar

Crear una empresa, trabajar intensamente, cuidarla y protegerla de los imprevistos. Es un trabajo que durante 33 años ha realizado Arnulfo Ortega Contreras.

Todo empezó desde su infancia, en su pueblo natal Autlán de la Grana. Era solo un niño de escasos 10 años, cuando de solamente ser empleado en lavar las láminas que servían para hornear el producto, se creó en la mente la idea de producir su propio pan en los años siguientes.

Su pueblo natal, Autlán de la Grana, pintoresco y sencillo. Solamente le ofrecía la oportunidad de ser la figura más pequeña de aquella panadería. Pasarían muchas cosas antes de salir de aquel lugar donde nació y empezó a crecer, como todos los niños de su generación. Muchas cosas pasarían antes de llegar lo que es actualmente la panadería “Don Chonito”. Lo primero era estudiar.

La primaria la completó en Puerto Vallarta. Sin perder su propósito, aprendió al lado de su papá todo lo que le enseñó a partir de crear la mezcla para pegar ladrillos y todo lo elemental que tiene la profesión de quienes se dedican a la construcción. Fueron muchos los imprevistos que sorteó a lo largo de su juventud.

Pegar ladrillos no era lo suyo. Aquel joven tenía en su mente y en sus manos el propósito de hacer pan para crear la mejor panadería de Puerto Vallarta.

Lo que aprendió, el deseo y la obligación de trabajar cuando, enamorado de una chica vallartense, se vio obligado a emprender la aventura de pasar al otro lado de la frontera, según le dijeron unos amigos donde se barrían los dólares fácilmente. Aquella aventura le costó poco más de un año, pues la experiencia le hizo entender que los indocumentados mexicanos habrían de trabajar y ganarse los dólares con muchísimo sacrificio, mal pagado y con el compromiso de atender a su novia que ya desarrollaba en su vientre su primer hijo.

Con pocos dólares y un compromiso muy fuerte, regresó a Puerto Vallarta sin más que la de trabajar al lado de su padre como albañil. Eso duró más de un año, cuando finalmente logró que su padre le permitiera construir un horno para fabricar su pan, pudo al fin crear su propia empresa.

En aquél pequeño horno fue como tuvo la oportunidad de crear su propia empresa.

No fue fácil, además de hacer el producto, tenía que salir a venderlo por las calles de aquel Puerto Vallarta de 1990. No le quedaba de otra, hacer pan y recorrer las calles para vender el producto de aquel esfuerzo.

Muchos problemas le quedaban por vencer, competir con otros que ya se habían adelantado quienes, por cierto, lo veían con cierta envidia, le dijeron que tenía que registrarse y pagar impuestos por su trabajo. Algo que desconocía totalmente, pues es razón para crear realmente aquella empresa que había soñado.

Así creció “Don Chonito”. Después de 33 años en la actualidad, ha creado una empresa que da de comer a cien familias que le ayudan a realizar aquél sueño de hacer el mejor pan de Puerto Vallarta. No ha sido tarea fácil, el resto se los contaremos en otra ocasión.

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