Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Diversos puntos del fraccionamiento de Valle Dorado son invadidos por puestos de comerciantes ambulantes, principalmente taquerías, ante la indiferencia de las autoridades municipales y hasta de los propios vecinos.

Sin embargo, esos mismos comercios atraen una especie de antídoto, pues son víctimas de malvivientes que les exigen tacos o incluso una tarifa de cien pesos a la semana.

Tanto la ocupación de espacios públicos como las prácticas de extorsión de drogadictos y vagos ocurre ante la inacción de autoridades municipales, pues según relataba un taquero, cuando llaman a los inspectores municipales para denunciar estas prácticas, la respuesta es “y eso qué tiene que ver con el Ayuntamiento”.

Algunos de estos taqueros y comerciantes instalados en vía pública proceden del estado de Guerrero y se admiran de la inseguridad que priva en la zona, porque ellos la conocieron en su tierra donde eran víctimas de las mismas prácticas de extorsión de parte de malvivientes callejeros.

Llama la atención también que algunos andadores de la plaza principal de San Vicente, ha sido completamente invadida por negocios de comida con mesa incluso.

El mismo fenómeno se percibe en El Porvenir, donde los vecinos prefieren quedarse callados, debido a la mala fama de los invasores que en algunos casos se dicen miembros de la “maña”.

En el caso de Bucerías, la plaza también fue completamente invadida con negocios de mariscos, algo que anteriores Ayuntamientos habían combatido y en muchos casos retiraron las estructuras y ahora el frente de la iglesia está completamente rodeada, y lo mismo que una parte de la calle Alfredo V, Bonfil ya se instalaron entre cuatro o cinco puestos de los llamados semifijos.

Hasta en San Juan de Abajo los espacios públicos son objeto de invasión, pues en la parte cercana al kiosco, se abrió el piso y se sembraron cimientos de otra construcción.

Y Sayulita es capítulo aparte, ya que banquetas y calles son ocupadas con mesas y negocios de todo tipo sin que ninguna autoridad intervenga. Para eso sirve el llamado “Pueblo Mágico”.

Lo lamentable es que la mayoría de los nuevos negocios son de gente ajena al municipio, personas procedentes de Guerrero, Michoacán y Estado de México.

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