OPINIÓN

Por Salvador Mateo Martínez (*)

Este sexenio casi llega a su fin, y es del dominio público que el presidente Andrés Manuel López Obrador en su administración convirtió la promesa y la mentira en política de su gobierno. De acuerdo con el Taller de Comunicación Política, CEO, SPIN que lleva el conteo de las mentiras propinadas por AMLO desde sus mañaneras, entre afirmaciones que no se pueden comprobar, a los mexicanos, hasta estos momentos ya rebasan las 100 mil.

El presidente no se cansa de prometer y mentir. Nada más como ejemplo, AMLO prometió que desde el primer año su gobierno los mexicanos íbamos a tener a tener un sistema de salud de los mejores del mundo “como el de Dinamarca o Suecia”, sin embargo a menos de un año para que deje el poder y se vaya de Palacio Nacional, en los hospitales del IMSS e ISSSTE, como los que se encuentran ubicados en el Área Metropolitana de Guadalajara, además de desabasto de medicamentos, los nosocomios presentan serios problemas que van desde fallas en elevadores hasta problemas de suministro de agua potable.

Si el mandatario promete y miente descaradamente en temas tan delicados como la salud del pueblo de México, ¿qué se puede esperar en otros temas? El salario mínimo, no es la excepción. El 1 de diciembre, el Jefe del Ejecutivo informó que el sector obrero y empresarial acordaron incrementar el salario mínimo en un 20 por ciento; el mismo porcentaje que en 2023. Según la Comisión Nacional de Salarios mínimos (Conasami) este aumento es “equitativo y justo” y tendrá un impacto directo sobre “millones de trabajadores”.

Todos estamos de acuerdo en que está bien que aumente el salario mínimo, es un acto de justicia para los que trabajan todos los días para poder llevar el sustento a sus familias, pero presumir que serán millones de trabajadores los que serán beneficiados con este aumento como ha estado haciendo López Obrador durante estos cinco años, es un engaño, una mentira. Veamos.

De acuerdo con la Ley de Seguridad Social, ningún trabajador puede ser dado de alta con un salario inferior al mínimo. El Instituto de Información Estadística Informática y Geográfica de Jalisco (IIEG) registra que en la entidad el número de trabajadores asegurados al IMSS en noviembre de 2023 con un rango de salarios de hasta 1 vez el salario mínimo son 9 mil 987 que representa el 0.49 por ciento de un total de 2 millones 26 mil 935, a nivel nacional son 105 mil 225 trabajadores que representa el 0.47 por ciento de un total de 22 millones 409 mil 268 trabajadores.

El artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo señala que el salario mínimo “es la cantidad menor que debe recibir en efectivo la persona trabajadora por los servicios prestados en una jornada”. Es decir, el salario mínimo no es la cantidad que la gente debe ganar, sino que nadie puede recibir menos de dicho monto, es un piso. Con base a esta disposición, solo un porcentaje de trabajadores asegurados verán un incremento en su salario si éste equivale entre 1 veces el salario mínimo vigente. En este contexto, una trabajadora o trabajador que perciba más de 1 salario mínimo no se verá beneficiada del aumento.

Así como ha ocurrido con los históricos aumentos al salario mínimo que tanto presume López Obrador, menos del 1 por ciento de los trabajadores verá el alza del 20 por ciento. Además, los poco más de 41.56 pesos de incremento al salario, solo servirían para comprar menos de 1 kg de huevo o cuando más 2 kg de tortilla. Especialistas en canasta básica advierten, aunque en 2024 el salario mínimo aumente no se evitará el rezago económico que se avizora, pues así como aumenta el salario mínimo, también lo harán los impuestos, la tarifa del agua, de la luz y los precios de los productos. O sea, el aumento al salario mínimo es una falacia.

AMLO también miente al sostener que los gobiernos anteriores, habían descuidado el salario mínimo.  Analistas serios afirman, para cuando llega López Obrador al gobierno, la discusión en torno al salario mínimo ya llevaba 8 años en el debate, éste fue movido por empresarios extranjeros entre ellos los canadienses. De esta manera, en los cuatro años previos a que comenzara la nueva administración se tomaron las medidas necesarias para evitar que el aumento al salario mínimo tuviera consecuencias inflacionarias derivadas del incremento del salario mínimo.

Es cierto que el aumento al salario mínimo se hizo realidad a partir de que inició el actual gobierno. Pero también es cierto que se ha podido aumentar porque previamente, mucho antes de que comenzara la actual administración, otros actores tanto de los gobiernos anteriores, como del sector empresarial y académico, hicieron la tarea.

El aumento salarial no sirve para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Expertos en el tema aseguran que el salario mínimo en México puede desaparecer en cualquier momento, y no pasará absolutamente nada. De hecho, debería desaparecer, pero ocurre exactamente lo contrario: hemos escuchado que muchos políticos, sobre todo el grupo político que encabeza López Obrador hablan de aumentarlo para así “mejorar” las condiciones de vida de millones de trabajadores. En realidad, el aumento al salario mínimo sirve más que nada para abonar los discursos demagógicos de los que ambicionan algún puesto de elección popular. 

El salario debe aumentar, pero éste tiene que ser suficiente para que una familia de cuatro miembros en promedio pueda satisfacer sus necesidades básicas como alimento, vestido, salud, educación, vivienda con todos los servicios, así como, algunas necesidades consideradas no básicas como esparcimiento.  Pero para tal fin, los trabajadores tienen que organizarse y educarse hasta llegar a tener la capacidad de tomar el poder de la nación y desde allí impulsar nuevas medidas económicas. El futuro de México está en manos del pueblo trabajador, que nadie se deje engañar.

(*) Vocero del Movimiento Antorchista en Jalisco.

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