EN LÍNEA

Por Humberto Aguilar

Con el último informe del grupo argentino invitado a investigar el tema de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, las cosas quedaron peor de lo que estaban hace ya 9 años.

Más que aclarar lo sucedido, todo quedó más enredado aun cuando se ha escrito mucho de este tema. La única verdad es que desaparecieron 43 estudiantes, una verdad histórica que no se ha rechazado, ni ha dejado contentos a los padres, ni a las autoridades federales que ayer informaron en la mañanera, que los 43 desaparecidos ya están muertos. Cosa que se sabía con pelos y señales desde aquella funesta noche con la promesa de que les serían devueltos vivos.

Sin duda, el informe de los investigadores argentinos creó más confusiones, los padres solo saben que los 43 estudiantes ya no existen, tienen fundamentos sobre dos de ellos. Unos cuantos huesos, elementos del ejército detenidos, procesados por las mismas autoridades del Ejército.

Es un tema del que ya se han escrito miles de cuartillas. El creador de aquella verdad histórica está preso, enfermo, sin más motivos que el estar en investigación.

Sin duda, la verdad está en determinar lo que ocurrió en el basurero conocido como Cocula, en el pueblo de Iguala en Guerrero.

¿Por qué traer este tema a esta columna? La respuesta es para honrar a los 43 estudiantes. Esta propuesta debe llegar a los estudiantes, tanto como a los padres de los desparecidos. La idea es crear sobre los restos de aquella hoguera, donde se presume que murieron los estudiantes, una estructura, que además de histórica, honre a los desaparecidos.

Una estructura arquitectónica que, además de significativa, resulte ser un atractivo turístico.

En Guanajuato, en el Cerro del Cubilete, hay un Cristo que todo mundo puede visitar. En Cocula debe haber un centro comercial, estacionamientos y sobre la misma estructura un sitio donde se puedan oficiar misas para honrar a los estudiantes, recordándoseles y desear su descanso eterno.

El espacio es suficiente para crear una estructura con mucho contenido turístico, un mueso con las fotos, los restos y lo que exista de recuerdo para cada familia. Todos los beneficios de este centro comercial serán entregados por partes iguales a cada familia de los estudiantes.

Es lógico imaginar que, con un buen diseño arquitectónico, este lugar recibirá miles de visitantes que podrán visitar para las fechas históricas en el mismo sitio donde desaparecieron los 43 estudiantes. Se les está yendo el tiempo a las autoridades federales, convocar a arquitectos para su diseño, así como para crear el fondo para su construcción no debe ser difícil. El caso es que, en resumen, exista algo que debe ser satisfactorio para las familias, así como ofrecer una forma de honrar a los desaparecidos.

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