EDITORIAL

No cabe duda de que Puerto Vallarta es un destino turístico de primera línea, capaz de competir con otros centros vacacionales de México y el extranjero por los primeros lugares en las preferencias del turismo nacional e internacional.

La calidad de los servicios tampoco está a discusión, Puerto Vallarta y también Riviera Nayarit cuentan con una amplia oferta de hoteles y restaurantes que operan al más alto nivel, con certificaciones que los avalan en rubros como el hospedaje, alimentos y bebidas, salud, ecología y medio ambiente, amén de las playas limpias que encantan a sus visitantes por los espléndidos atardeceres que regala la bahía de Banderas.

Definitivamente esta región del occidente del país tiene mucho que ofrecer a sus visitantes, con una gastronomía muy variada y deliciosa, con una vida nocturna activa a lo largo de todo el año y servicios para todos los segmentos del mercado, desde el familiar hasta para los solteros y los integrantes de la comunidad LGBT+.

No hay, en consecuencia, ningún reclamo para la industria turística de Puerto Vallarta y Riviera Nayarit en esta zona del Pacífico mexicano, en donde el crecimiento y el desarrollo siguen adelante, con sus asegunes, por supuesto, pero vigentes al final del día.

Sin embargo, en el caso particular de Puerto Vallarta –y también de Bahía de Banderas, por qué no decirlo-, el gran pendiente sigue siendo el transporte público. Los camiones que, lamentablemente, le bajan feo el nivel al destino turístico y que afectan de manera directa a miles de habitantes que a diario tienen la necesidad de trasladarse a sus centros laborales, o bien en el caso de miles de estudiantes, de trasladarse a sus escuelas.

Hace unos años, cuando nos vendieron la idea de un mejoramiento integral del servicio de transporte público en Puerto Vallarta, los camioneros aprovecharon para subir el costo del pasaje a 10 pesos con el aval de la Secretaría de Transporte del gobierno del estado de Jalisco. Se dijo entonces que el aumento era necesario para garantizar la prestación de un servicio de primera, al nivel de un destino turístico como Puerto Vallarta. Todos lo creímos y aceptamos el aumento. Los empresarios del sector y las autoridades prometieron camiones nuevos, cómodos y con aire acondicionado, con choferes capacitados y educados.

Los primeros meses todo fue miel sobre hojuelas, pero con el paso del tiempo los camiones empezaron a fallar, a ser insuficientes y dejaron de activar el aire acondicionado en una región en donde el calor es abrasador. Tenemos que reconocer que esos primeros meses viajar a bordo de un camión con aire acondicionado nos hacía sentir habitantes del primer mundo… pero el gusto duró poco y el gozo se fue al pozo.

Hoy en día es lamentable el servicio de transporte de Puerto Vallarta, con camiones en pésimas condiciones, con choferes que no encienden el aire acondicionado por más ola de calor que se siente en esta región y por más que los pasajeros se van cocinando en su interior.

Y no es solo eso. Faltan camiones en casi todas las rutas, situación que afecta directamente a la clase trabajadora, que a diario sufre para llegar a tiempo a sus centros laborales. Sabemos de las constantes fallas porque las hemos visto todos los días en rutas como Villa de Guadalupe y Portales, por ejemplo.

En el caso de Villa de Guadalupe un usuario puede esperar hasta 40 minutos en la esquina el paso del camión y si bien le va subirse para irse colgado en la puerta, porque con ese tiempo de retraso normalmente las unidades van al tope, especialmente cuando además de los trabajadores también hay estudiantes esperando para llegar a sus escuelas.

En el caso de la ruta de Portales la situación es todavía peor. Al principio, la ruta procedente del centro llegaba a la colonia La Aurora, meses después se amplió a la colonia Portales, más tarde llegó a la Fiscalía Regional y actualmente se extendió hasta Mojoneras. Lo grave de estas paulatinas decisiones de ampliación de ruta fue que no solo creció el número de usuarios por la extensión del recorrido, sino que además bajó el número de camiones disponibles y la frecuencia con que pasan los pocos que circulan. Hay testimonios y lamentaciones de habitantes que señalan que cuando pasa el camión por Portales o La Aurora, el chofer de plano ya no hace la parada de rigor porque la unidad va llena.

Es así que el servicio de transporte público en Puerto Vallarta se ha vuelto bastante deficiente, sin que la Secretaría de Trasporte del estado de Jalisco intervenga para exigir el mejoramiento de las unidades, el cumplimiento de los propietarios de los camiones para encender el aire acondicionado y el mejoramiento de los tiempos en las rutas con suficientes unidades.

Todas las promesas que hicieron unos y otros hoy en día están en el bote de la basura en perjuicio de los usuarios, insistimos, en su mayoría trabajadores y estudiantes que tienen la necesidad de viajar en un camión que, por cierto, también circula por plena franja turística, exhibiendo las miserias de un servicio que nos prometieron sería de primera clase, pero que en la práctica es de quinta categoría.

Y que no nos vengan a decir los propietarios de los camiones que no es un buen negocio, que el combustible y las refacciones son muy costosas, que el mantenimiento es alto y que los choferes ganan bien. Ya basta de esos argumentos que nadie cree, porque si el negocio de los camiones no es negocio, entonces que lo dejen y que se dediquen a otra cosa, no hay necesidad de ese “sacrificio” que hacen los empresarios del transporte, porque ni usuarios ni sociedad les van a agradecer un servicio que Puerto Vallarta no se merece…

FRASE:

“Con la presencia de autoridades estatales y municipales el 27 de enero de 2018 se realizó la presentación oficial de UNIBUS PV, la empresa que se hizo cargo de las rutas de transporte público en Puerto Vallarta. En el evento estuvieron el grupo de inversionistas y permisionarios que conforman UNIBUS PV, empresa que aglutina a 276 socios, quienes –se dijo- estaban invirtiendo casi mil millones de pesos para hacer realidad uno de los más importantes anhelos y necesidades de la población vallartense: un transporte nuevo, de calidad, cómodo y con aire acondicionado”

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