By Por Eugenio Ortiz Carreño/Puerto Vallarta
¿Cuáles son tus pretextos para no tener tus propios logros? Tal fue la cuestión que lanzó Adriana Macías al auditorio que casi llenó el Teatro Vallarta y a quien invitó a reflexionar sobre las dificultades que implicó su propio nacimiento para sus padres, que son como todos los padres que no saben qué hacer ante un niño sano, pero menos saben qué hacer ante un niño con discapacidad sea ésta la que sea.
Y, efectivamente, sus papás no sabían qué hacer con Adriana, por lo que -según relató- optaron por jugar con ella y así fue como ella misma aprendió a vestir muñecas y a ignorar su discapacidad y a ver “ciertas ventajas” que enumeró una tras otra y que las mujeres, sobre todo las jovencitas captaron muy bien y rieron con justo. Ese fue el principio de espontáneas y fuertes carcajadas cuando la excelente expositora hacía alusiones personales, incluso íntimas, para que el auditorio entendiera que su aparente limitación no ha frenado su desarrollo personal.
Y es que Adriana Macías se graduó como abogada y tiene una maestría en recursos humanos, ha participado en distintos seminarios de programación neurolingüística, inteligencia emocional y psicología de la felicidad y actualmente estudia un Máster en Ecología emocional. Y no solo eso, sino que tuvo su pareja y concibió una hija, donde ella vivió otros retos como el de enseñarle a cambiar y por lo que tuvo que inventar su propio arnés.
Mientras hablaba con el teatro casi lleno, Adriana se paraba y sentaba, se ponía el pie derecho en la frente a modo de visor, como si fuera la mano derecha para ver mejor, señalaba, mostraba dedo pequeño como si fuera el dedo índice, y sin ningún esfuerzo se quitaba y ponía las zapatillas, porque como dijo, “primero muerta que sencilla”.
Sin embargo, advirtió al juvenil auditorio a ser cuidadosos con las palabras, cuidar lo que se dice y lo que se quiere e invitó a todos a ser positivos para alcanzar los propósitos de su vida y mostró videos en los que ella se ha presentado, como cuando estuvo en el popular programa de “Talent” en el que mostró a los admirados conductores y al auditorio, cómo ensartar el hilo en una aguja con su pie, sin ningún problema.
En definitiva, Adriana Macías es admirable, no sólo porque ha escrito cuatro libros de motivación, no porque haya hecho una carrera universitaria, ni porque conoció a la madre Teresa de Calcuta, por ser conferencista desde hace más de 23 años, siendo una de las primeras mujeres conferencistas y ganadora de distintos premios, como el que tuvo en el 2002 cuando recibió el premio Mujer Extraordinaria otorgado por la Embajada de Qatar, sino por la gran flexibilidad de su cuerpo, de sus piernas y pies que le sirven para todo, desde encender un electrodoméstico hasta tomarse una selfie cuando la ocasión lo amerita.
SUPERAR DESAFÍOS
Lo que más sabe hacer Adriana Macías es superar desafíos, como aprender a tocar el instrumento de cuerdas más difícil que hay, como es el chelo y a sus 40 años nada la detiene, por eso se separó de su pareja, y ahora educa y cuida ella misma a su pequeña hija que ya tiene ocho años, y sigue sorprendiendo y triunfando donde se presenta con su sentido del humor y las bromas que hace incluso de su propia discapacidad.
Por eso las jovencitas que asistieron el pasado viernes al Teatro Vallarta rieron hasta el final y sacaron su equipo personal (celular) para tomarse una selfie, mientras Adriana y el equipo de la Fundación Andrea 3.21 y directivos del Centro 3.21 posaban el sillón que fue colocado en el estrado del teatro.
Todos salieron convencidos de que no debe haber pretextos para alcanzar el éxito, como lo hace Adriana Macías y las más convencidas son Sara Cardona, Mariel Plata y la arquitecta Karen Malacara, quienes además se ganaron el corazón de Adriana, por la labor que realizan para ayudar a más niños a salir adelante pese a la discapacidad que les afecte.
A nombre de la Fundación Andrea 3.21 Karen Malacara agradeció la presencia de los cientos de personas que con su asistencia ayudan a la Fundación Andrea a cumplir con sus objetivos de apoyar a los papás que ahora solo se preocupan por llevar a sus hijos al Centro 3.21
Recordó que la Fundación inició sus actividades en una casa a la que fueron adaptando poco a poco y ahora se ha cumplido un sueño, ya que cuentan con un espacio propio en la sede actual del centro, donde se atienden a niños con Síndrome de Down y con otras discapacidades que ya tienen la oportunidad de aprender a leer y a escribir, pero sobre todo a integrarse a la vida familiar donde se encuentren.
En total son 93 niños que reciben atención en el centro y al 50 o 60 por ciento de ellos cuentan con una beca de hasta 50 por ciento del costo, gracias a las donaciones y aportaciones que se obtienen con eventos como la conferencia de Adriana Macías.
