Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Mientras decenas de turistas extranjeros, canadienses y americanos abarrotan las calles de la comunidad de Bucerías, en Bahía de Banderas, los servicios públicos básicos fallan, en cuanto el suministro de agua potable lo cortan hasta por más de dos días y en cuanto al servicio de recolección de basura lo hacen de manera irregular.

Ayer, los pobladores de Bucerías, así como restauranteros, hoteleros y los dueños de negocios de diversos giros se quejaban de la falta del suministro de agua potable, incluso negaban a sus clientes el uso de los sanitarios debido a la falta del vital líquido.

Salvo aquellos negocios, casas habitación, condominios y hasta la iglesia de María Reina de la Paz, que poseen cisternas, han podido manejar la carencia del suministro de agua potable. Porque quienes solo cuentan con el tinaco, y dado que la falta de agua se llega a prolongar por más de 24 horas, se quedan a expensas de que algún vecino e incluso el sacerdote de la iglesia los apoye con agua.

La carencia en el suministro de agua potable se resiente de manera constante, debido a que los lugares que ofrecen el servicio de sanitarios o regaderas, se vieron obligados a cerrar el pasado lunes, debido a que sin agua no podían permitir el uso de los baños; en pocos casos los negocios se apoyaron con enormes tinacos, a fin de que los turistas pudieran acceder al uso del sanitario, en algunos sitios se cobra cinco pesos y en otros la tarifa se duplica.

MONTONES DE BASURA

Por lo que respecta al servicio de recolección de basura se realiza por las mañanas, cada tercer día, sin embargo ayer lunes aunque pobladores, comerciantes y personas sacaron  su basura a las aceras e incluso en el camellón de la entrada principal al poblado de Bucerías, el camión no llegó o llegó tarde.

Así se pudo captar cómo crecieron los cerros de bolsas negras de basura en la avenida Lázaro Cárdenas, y en las calles alrededor de la plaza principal y en la Avenida Héroes de Nacozari y en cada una de las calles que integran la zona centro de Bucerías.

No solo sacan bolsas negras, sino que en algunos lugares hay cartón, botellas de plástico y botellas de vidrio de los restaurantes, y en el peor de los casos, existen algunas esquinas en las cuales han dejado cascajo.

La bella panorámica del mar al fondo y los paseantes  extranjeros con bicicleta, se ve contrastada con los bultos de desperdicios, las botellas y ese aroma a basura de comida echada a perder.

A pesar de que preguntamos a los locatarios sobre el servicio de recolección de basura, desconocen con exactitud el horario en que pasará el camión recolector, saben que es cada tercer día si bien les va, pero solo eso, no hay una hora y tampoco lo hacen de manera regular en los días que corresponde.

Los turistas prácticamente no reparan en esas cosas y recorren las calles y acceden a restaurantes a tomar una cerveza o caminan relajados o se pasean en bicicleta, en la que se transportan desde sus hoteles en Nuevo Vallarta.

Ni siquiera reparan en el mal olor que se expide de la planta de tratamiento localizada a un lado del simulacro de “callejón del beso”, que no es más que un pequeño pasillo de cinco metros que ya se ha convertido en una área comercial.

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