Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

La Cruz de Huanacaxtle dejó de ser el pequeño pueblo de pescadores, como se le conoció hasta hace una década, para convertirse en un pujante polo turístico y en un imán de inversiones tanto en el sector restaurantero, como en desarrollos inmobiliarios y hoteleros de lujo.

Hoy el aspecto de la pequeña comunidad, que para los navegantes y marineros del pasado sirvió de refugio marino, cambia de manera dramática con la aparición de grandes construcciones, justo a un lado del Centro de Estudios Tecnológicos del Mar número 6 donde se han formado varias generaciones de especialistas en la actividad pesquera.

Incluso desde la carretera se puede apreciar la obra negra del edificio de casi 10 niveles, que abarca todo el espectro visual de los visitantes, y eso marca lo que será en el futuro este pueblo, donde el gobierno hizo importantes inversiones para fomentar precisamente la actividad pesquera.

A un lado de la Marina de la Cruz de Huanacaxtle, se refugian las embarcaciones de los pescadores que siguen dando vida a esa actividad y que expenden su producto en el Mercado del Mar, ubicado justo enfrente y así conviven con los yates, veleros y embarcaciones de lujo de los turistas nacionales y extranjeros.

Pero desde el río El Tizate, hasta el centro se encuentran varios desarrollos turísticos y condominiales, que a partir de Narval, del Grupo Península, sigue B Vallarta, el Vallarta Gardens, y los pequeños hoteles que rodean la playa la Manzanilla. Arriba en la montaña, acaparan el panorama el desarrollo Matlali, y más allá el Grupo Alamar, conformado por varias torres condominiales.

Además vienen nuevos proyectos que se han perfilado desde hace tiempo, un hotel justo a un lado de la marina. Así el pequeño pueblo de pescadores, sigue un nuevo perfil, como destino turístico de gran calidad, según indican los desarrollos que ya se encuentran en su territorio.

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