Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Ante los ojos de grupos ecologistas y de las autoridades municipales, desarrolladores foráneos asociados con empresarios locales, están cometiendo el ecocidio más grave al tapar los afluentes de la laguna El Quelele, que es uno de los pocos cuerpos de agua que resiste los embates del crecimiento urbano.

Sin que ningún grupo ecologista que supuestamente existen en Bahía de Banderas alce la voz, ya fue secada y rellenada una de las lagunas localizada a un lado de la carretera Federal 200, entre lo que es Mezcales y el pueblo de Tondoroque, laguna que era un refugio de diversas especies de aves que ahí encontraban alimento y lugar para anidar incluso.

Esa pequeña laguna aportaba el agua dulce a través de un arroyo que cruza la Federal 200 a la altura de Tondoroque y que hoy se encuentra totalmente seco, lo mismo que el arroyo que cruza a la altura del desarrollo Flamingos. Otro tanto sucedió con los afluentes del lado de Lago Real y lo todo lo que hoy es el fraccionamiento Valle Dorado.

Ante esa situación la laguna El Quelele se está secando, pues el desarrollo urbano la está rodeando por todos lados. Por la zona de Mezcalitos, por Mezcales, por Flamingos, por Nuevo Vallarta e incluso los aportes del Río Ameca son desviados por el desarrollo de Grupo Vidanta y lo único que llega son las descargas de aguas residuales del área de Jarretaderas.

Todo esto se puede constatar con un simple recorrido en autobús, ya que todas las alteraciones ambientales están a la vista, a la orilla de la carretera Federal 200 sin que nadie diga o haga nada en contra.

FUERTE CRECIMIENTO DE MEZCALES

Y es que Mezcales es uno de los pueblos del municipio de Bahía de Banderas que más ha crecido en las últimas tres décadas. En tanto que hace apenas 30 años, cuando la carretera federal solo era de dos carriles, el pueblo estaba prácticamente deshabitado, y la laguna El Quelele llegaba hasta a unos 300 metros de la escuela primaria.

Hoy toda esa zona es ocupada por un fraccionamiento de los que se han construido una docena en todos los alrededores del pueblo. El problema es que la construcción continúa sin ningún control y sin una idea de conservación de los elementos naturales que existen en la zona.

Lo que más sorprende es que las autoridades no ponen freno al desarrollo y las organizaciones ecologistas que en otros casos han torpedeado toda clase de desarrollos, hoy están totalmente callados.

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