Por Eugenio Ortiz Carreño/Bahía de Banderas

Gracias a la labor realizada por los campamentos tortugueros localizados en la región, al promover en planteles escolares y entre la población infantil el cuidado de la tortuga golfina, la liberación de tortugas recién nacidas se está convirtiendo en un importante atractivo turístico ya que cada vez son más las familias que se interesan por participar en este tipo de actividades.

Los campamentos tortugueros localizados en la costa de Cabo Corrientes, específicamente en en la comunidad de Mayto, así como el de Nuevo Vallarta, y el de El Naranjo, en el litoral de la Peñita de Jaltemba, en el área de Rincón de Guayabitos, registran cada fin de semana una importante concurrencia de adolescentes y jóvenes voluntarios que incluso participan en las labores de detección de nidos, rescate de huevos y cuidado de los corrales de reproducción, así como en las actividades de liberación.

Sin embargo, existen otros campamentos autorizados por la Dirección de Vida Silvestre de la Semarnat, así como por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, mejor conocida por sus siglas CONABIO, que también realizan labores de difusión del cuidado de la especie de tortuga golfina, que es la que más abunda en la costa del Pacífico.

Llama la atención que un pequeño corral de cuidado y reproducción como el ubicado en la playa del hotel Westin en Puerto Vallarta, llega a rescatar más de 50 mil huevos, en una área de solo 600 metros de playa, y esta temporada todo indica que se podría duplicar esa cantidad, según dijo el responsable del mismo, el biólogo José Alberto Jaime Torres.

El dato sorprendió al director del Fideicomiso de Turismo de Puerto Vallarta, Luis Villaseñor, quien comentó que se boletinará a los hoteles del destino, para que se promocione entre los turistas nacionales, sobre todo, pues se estima que en el área de Jalisco de la bahía de Banderas, se logran salvar más de 150 mil tortugas cada año.

Y en cada ocasión que hay liberación de tortugas, los huéspedes infantiles sobre todo, hacen verdaderas fiestas para conocer una tortuga “bebé” o recién nacida y les emociona ver cómo se desplazan en la arena hasta ser absorbidos por el oleaje del mar y eso es digno de que otros niños lo presencien.

El mismo Ricardo Villaseñor Llamas, director del Campamento Tortuguero El Naranjo, en la bahía de Jaltemba, señaló que esta actividad de liberación e incluso el cuidado de la especie, es cada vez un mayor atractivo turístico para la zona de Rincón de Guayabitos y los Ayala, en donde algunos hoteles también han tenido la precaución de contar con corrales de anidación y reproducción de tortuga golfina.

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