Fotografía: Vallarta Opina. / Sofi Reyes.
José Reyes Burgos
Puerto Vallarta
La terminal marítima de Puerto Vallarta se ha convertido en un verdadero refugio para los cruceros cuyos destinos son inciertos en medio de la pandemia de COVID-19. Se trata de embarcaciones únicamente habitadas por sus tripulantes, que buscan cargar combustible y provisiones para seguir navegando.
La semana pasada llegó el RSS Splendor, que se quedará durante todo el mes de mayo. Y hoy, han arribado el Grand Princess, con 276 tripulantes; el Kiningsdam, con mil 46 tripulantes; y el Star Princess, con 201.
Al Star Princess se le vio cargando enormes cajas con provisiones en el Muelle 2, ayudado de personal de la Administración Portuaria Integral. Mientras los otros dos cruceros, se encontraron fondeados a las afueras de la terminal, en aguas profundas, a la espera de realizar el traslado de personas de una nave a la otra mediante el uso de «tenders», pequeños botes de transporte.
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El Star Princess partió rumbo a Panamá durante la tarde. Pero, en camino, se encuentran en camino en estos momentos el Oosterdam de Holland America Line, y el Seabourn Sojourn, que llegarán durante la madrugada del jueves, procedentes de La Paz, Baja California. Por lo que de permanecer los otros tres que aún están fondeados, se tendría un atípico arribo de 5.
Dos cruceros más habían trazado su rumbo hacia Puerto Vallarta, el Celebrity Eclipse y el Celebrity Millennium, pero sus arribos fueron cancelados. Ambos buscaban utilizar el Aeropuerto Internacional para realizar puentes humanitarios para repatriar a varios de sus tripulantes.