EDITORIAL

En años recientes la seguridad pública ha sido un tema muy recurrente en la región conformada por Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, especialmente por su impacto positivo o negativo en la industria turística de esta importante zona del occidente del país, pero ¿somos o no somos una región segura para sus habitantes y el turismo?

Cada cuatro meses la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), arroja datos y resultados que pueden o no ser útiles para ubicarnos en la “realidad” de cada una de las ciudades del país que forman parte de la encuesta y es que todo depende de la experiencia que haya tenido en materia de seguridad pública quien forma parte de la encuesta. Es decir, “cada quien habla como le va en la feria”, según dicen.

Es así que para determinar si esta región de la bahía de Banderas es segura o no sería indispensable desmenuzar algunos de los indicadores que se miden y, sobre todo, delimitar cada uno de los delitos más representativos a los que los habitantes y el turismo están expuestos, tanto en Puerto Vallarta como en Bahía de Banderas.

Es un hecho que la seguridad pública que existe en esta región es uno de los principales atractivos con que cuentan Puerto Vallarta y Bahía de Banderas en materia de turismo, ya que se trata de un valor agregado que gusta y convence al visitante nacional y, principalmente, al internacional que puede llegar a decidir su viaje a esta zona, dependiendo de la seguridad que le ofrezcan. No obstante, la percepción parece ser distinta entre los habitantes.

En la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana difundida esta semana, realizada al cierre del pasado mes de junio, el 30.7 por ciento de los habitantes consultados en Puerto Vallarta dijo sentirse inseguro, es decir, 3 de cada 10 personas no se sienten seguras en esta región. Lo ideal sería preguntarles cuál su experiencia en la materia, aunque por ahora no existe esa posibilidad.

Desde nuestro punto de vista, Puerto Vallarta y Bahía de Banderas son dos municipios seguros en términos generales, más allá de que en la calle podemos toparnos con un pervertido, algún drogadicto o alcohólico impertinente que de manera ocasional se vuelven un riesgo para quienes se los encuentran.

Es cierto que en esta región hay robos a casa habitación –normalmente sin habitantes en su interior-, asaltos a negocios –sobre todo farmacias y tiendas de conveniencia-, robo de automóviles, autopartes y equipo de su interior, así como ataques sexuales y homicidios, por supuesto estos dos últimos en el peor de los casos y sí, por fortuna son los menos.

Sin embargo, en la experiencia propia y la de muchos habitantes de esta región aún es posible caminar por la noche en calles y avenidas, salir de trabajar durante la madrugada, ir al cajero automático a cualquier hora del día, salir a comprar artículos a farmacias o tiendas de conveniencia, convivir en fiestas, bares y antros nocturnos y madrugadores, dejar la casa sola y encargada a un vecino, etcétera, etcétera, sin que nos sintamos inseguros.

En contraste –y para tratar de ubicarnos en dónde estamos realmente-, se puede citar aquí el ejemplo de uno de los peores municipios del país, quizá el peor: Ecatepec, ubicado en el Estado de México, entidad conurbada con la Ciudad de México. En la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, el 87.6 por ciento de los habitantes de Ecatepec dijo sentirse inseguro en sus colonias y, la verdad, se quedaron cortos.

Nos consta que Ecatepec (“Ecaterror” lo llaman quienes lo conocen mejor y lo han sufrido) es un muestrario vivo de los delitos habidos y por haber en una sociedad “civilizada”. Para empezar, a las 7 de la noche es prácticamente imposible caminar por sus calles, so pena de ser asaltado.

En Ecatepec, efectivamente, hay asaltos a mano armada en las calles e incluso frente a los hogares de las víctimas, asalto a negocios, robo abordo del transporte público, robo de automóviles con violencia, autopartes, levantones, secuestro exprés en taxis o auto de alquiler, cobro de derecho de piso y agresión con violencia si las víctimas no aceptan el pago, asalto a transeúnte, asalto afuera de cajero automático –incluso en el interior del módulo-, violaciones, asesinatos y venganzas de todo tipo, entre muchos, muchos delitos más, amén de los problemas provocados por el desorden urbano, la corrupción policiaca, el comercio informal y el transporte público irregular, que también forman parte de la inseguridad que sienten los ciudadanos… Todo esto sí que es inseguridad y los habitantes de Ecatepec lo sufren a diario, aun cuando se cuidan en extremo con la ayuda y compañía de familiares o amigos. Lo hemos visto, lo sabemos, las personas van a trabajar o a la escuela con el “Jesús en la boca” pidiendo no formar parte de las estadísticas.

Hay que decir, además, que Ecatepec se considera como uno de los municipios más violentos a nivel nacional, ya que sólo en 2021 se registraron poco más de 136 mil delitos, cifra que representó el 35 por ciento de los 389 mil 493 delitos que se cometieron en toda la entidad ese año y que, por supuesto, fueron reportados con la presentación de la denuncia correspondiente.

En comparativa –por más odiosa que parezca-, estamos convencidos de que Puerto Vallarta y Bahía de Banderas son dos municipios seguros, son un destino turístico regional confiable para sus habitantes y los turistas, más allá de las nefastas experiencias que, lamentablemente, muchas personas en esta zona han tenido con la delincuencia común o con los oportunistas que ven en el exceso de confianza o descuido personal o familiar la oportunidad de delinquir.

Y es que el día que en esta región nos asalten en la calle a cualquier hora, que nos atraquen abordo de un camión o un taxi, que nos roben al salir del cajero automático, que nos asalten frente a nuestra casa, que no quiten el automóvil con violencia o que se metan a robar a nuestro hogar estando nosotros dentro, entonces sí ese día estaremos perdidos, habitaremos con miedo en un lugar verdaderamente inseguro que difícilmente tendrá remedio, porque una vez cruzada esa línea ya no habrá vuelta atrás…

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