Agencias/EFE/Estados Unidos

Durante un foro conservador en Florida, el expresidente Donald Trump arremetió en contra Joe Biden, lo acusó de convertir a Estados Unidos en una “república bananera” y aseguró que, si tuviera la oportunidad de regresar a la Casa Blanca, su primera tarea será detener la “invasión en la frontera sur” de migrantes.

Trump, que lidera con una pronunciada ventaja las encuestas de las primarias republicanas, hizo de los ataques al presidente Biden y de la “insostenible” situación de la frontera sur con México dos de los ejes de su largo discurso.

“Somos una nación que está fracasando (…), una república bananera del corrupto Joe Biden” y “la tarea número será parar la invasión en nuestra frontera sur”, dijo Trump esta tarde en la “Freedom Summit”, un foro conservador celebrado en la ciudad de Kissimmee, al sur de Orlando, en el que participaron algunos de los aspirantes presidenciales.

Recuperó como elemento fundamental de su campaña la seguridad y el muro en frontera sur y alertó de “la caravana ilegal que se dirige” en estos momentos hacia Estados Unidos.

“Y Biden no tiene ni idea de lo que hacer. Yo sí. Recortamos la inmigración ilegal en más del 90 %. Y, bajo Biden, Estados Unidos se ha convertido en el vertedero del mundo con pandilleros, presos, carteles de droga y terroristas entrando en nuestra tierra”, dijo contundente el exmandatario.

Aseguró que “están viniendo por cientos de miles, incluso de China y de países a los que combatimos en el Medio Oriente (…) y están destruyendo nuestro país”, de lo que culpó a la “catastrófica debilidad de Biden”, al que ridiculizó y despreció de forma continua.

Aludió directamente a la responsabilidad de Irán en el ataque terrorista de Hamás a Israel y aseguró que las violaciones, torturas y asesinatos de mujeres, niños y hombres israelíes a manos de sus milicianos del grupo islamista palestino nunca hubiera pasado bajo su gobierno.

“¿Saben por qué? Porque cuando yo era presidente Irán estaba roto (…) No extendían en terror porque no podían. No tenían dinero (…) Nosotros no tuvimos terror ni problemas en cuatro años”, afirmó.

Pero ahora, advirtió el exmandatario, “Israel está bajo ataque y nuestra economía está bajo ataque como nunca antes”, una asunción que utilizó para subrayar que cualquiera que “odie a Estados Unidos, quiera abolir Israel o simpatice con los yihadistas no va a entrar en nuestro país”.

Frente a todo esto y el “serio declive” del país, el exmandatario puso en valor la importancia de “restaurar la grandeza de Estados Unidos”, su capacidad militar y de munición y recuperar el respeto perdido ante Corea del Norte, China o Rusia.

Las declaraciones de Trump se producen apenas cuatro días antes del tercer debate de los aspirantes republicanos a las presidenciales estadounidenses de 2024, que tendrá lugar el próximo miércoles en Miami y donde, como ya sucedió en las dos anteriores citas, el exmandatario será de nuevo el gran ausente.

Trump no solo se saltará voluntariamente el debate de Miami, sino que nuevamente intentará robar el protagonismo a sus rivales republicanos con la contraprogramación de un mitin que realizará, prácticamente a la misma hora, en Hialeah, aledaña a Miami.

La abrumadora ventaja de Trump sobre el resto de sus rivales confirma lo acertado de su estrategia de renunciar a participar en los debates de las primarias.

Según el termómetro de popularidad elaborado por la web FiveThirtyEight, el 79 % de los encuestados republicanos tenía una opinión favorable este viernes de Trump, y la media de encuestas le otorga el 58.3 % de posibilidades para la nominación republicana, un porcentaje superior al de la suma de todos los demás candidatos.

Mientras, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que ingresó en la carrera como el principal rival de Trump, sigue sin levantar cabeza y se desinfla en las encuestas, con tan solo un 14 % de media de apoyo en las proyecciones de la citada web.

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