OPINIÓN

Por Marc Murphy (*) – Marc@MexicoPacificLifestyle.com

¡Hola a todos!

Uno de los temas de los que más se está hablando en la actualidad es el de la inclusión. Y si bien el concepto no es nuevo, se ha convertido en una tendencia, y en un movimiento que nos concierne a todos.

El turismo inclusivo se basa en la idea de garantizar que todas las personas, incluyendo aquellas con discapacidades físicas, sensoriales o cognitivas, puedan acceder y disfrutar de los destinos turísticos, sin verse limitado por algún tipo de condicionante.

Hoy en día tener una discapacidad física o movilidad reducida ya no es un impedimento para explorar el mundo. Y aunque el tema fue subestimado por años, afortunadamente la conciencia sobre su importancia está creciendo, y con ello los avances en infraestructuras y servicios adaptados.

En consecuencia, cada vez más destinos turísticos están adoptando medidas para garantizar que sus instalaciones sean accesibles para todos. Esto ya lo estamos viendo en lugares como Puerto Vallarta, y la Costalegre de Jalisco; Cancún, Ciudad de México y Oaxaca, que han abierto playas en las que han instalado rampas de acceso, hoteles con habitaciones adaptadas y pasillos amplios para sillas de ruedas, restaurantes con menús en braille para personas con discapacidad visual, hasta recorridos turísticos con guías capacitados. Como ejemplo de esto último tenemos la zona arqueológica de Chichén Itzá en Yucatán, que ya cuenta con rampas y senderos accesibles; lo mismo en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde se han instalado señalizaciones en braille para facilitar la movilidad.

Si bien estos esfuerzos son un paso importante para eliminar las barreras físicas y permitir que todos los turistas puedan trasladarse libremente, esta tendencia va más allá de simplemente cumplir con ciertos requisitos de accesibilidad. Se trata de fomentar una cultura de inclusión en toda la industria turística, y de comprender que un turismo inclusivo no solo beneficia a las personas con capacidades diferentes, sino a todos los viajeros.

Por otro lado, también hay beneficios para las empresas que implementan este tipo de soluciones. Generar una inversión en temas de accesibilidad ayuda a potenciar la imagen del destino al enviar un mensaje de inclusión y empatía. Según cifras de la Sectur, el volumen de turistas aumenta de manera importante, así como la afluencia de visitantes en cualquier época del año, lo que mantiene fluyendo positivamente la economía.

Sin embargo, es fundamental reconocer que a pesar de los avances, todavía hay mucho trabajo por hacer. La concienciación es esencial para garantizar que la industria turística comprenda la importancia de la inclusión y la accesibilidad. También es vital que tanto los destinos como los viajeros comprendan que un turismo inclusivo no es una cuestión de conveniencia, sino un derecho fundamental para todas las personas.

Para lograr un turismo inclusivo verdaderamente significativo, es necesario que las personas con discapacidades participen activamente en la planificación y el diseño de los destinos y servicios turísticos. Sus perspectivas y experiencias son invaluables para crear un entorno que sea verdaderamente inclusivo y que atienda a sus necesidades específicas.

Es hora de viajar sin barreras y construir un futuro turístico verdaderamente inclusivo.

¿Qué piensan ustedes? Envíenme sus comentarios.

(*) Especialista en consultoría y desarrollo turístico/inversión y gestión inmobiliaria.

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