By OPINIÓN
Por Marc Murphy (*) – Marc@MexicoPacificLifestyle.com
¡Hola a todos!
Acapulco, uno de los destinos turísticos de México más icónicos a nivel internacional, ha sido azotado por el huracán más poderoso en la costa del Pacífico mexicano, el huracán “Otis”, que además de dejar una estela de destrucción, puso al descubierto una serie de problemas estructurales que el destino ha enfrentado en las últimas décadas.
Previo al huracán, Acapulco ya se encontraba en una situación complicada. La inseguridad, la delincuencia y la violencia habían sido un obstáculo importante para su resurgimiento. La mala gestión de gobiernos pasados y la falta de inversión en infraestructura habían debilitado su capacidad de atraer turistas y garantizar la seguridad de los residentes, además, su reputación se había visto afectada de manera significativa. Sin embargo, con todo y los problemas a cuestas, Acapulco luchaba por recuperar su estatus como destino turístico de renombre mundial, y hoy vemos con tristeza cómo “Otis” le ha dado el “tiro de gracia”.
Para entender lo que está pasando en el otrora “bello puerto”, quiero hablarles acerca de su pasado glorioso y de cómo fue considerado una joya turística a nivel mundial desde la década de los 50 hasta los 70, en parte por ser el destino más cercano y exótico para los estadounidenses y canadienses que vivían una nueva era después de la Segunda Guerra Mundial, y por otro lado, por ser elegido por las grandes celebridades internacionales, príncipes y princesas de todo el mundo como un lugar para ir a divertirse.
Sin embargo, según un estudio de competitividad turística de Acapulco realizado en 2014 por la Universidad Autónoma de Guerrero, citado por El Universal, en los años 70 la falta de renovación de la infraestructura y la adaptación a estándares internacionales provocaron problemas en su posición como destino turístico internacional. “En los 80, el turismo internacional comenzó a desvanecerse en favor de otros destinos más modernos, incluso dentro de México, y para contrarrestar esta situación, surgió el proyecto Acapulco Diamante en los años 90, destinado a atraer turismo internacional. A lo largo de los años, esta zona se mezcló con áreas populares, lo que generó problemas sociales, ordenamiento territorial, infraestructura deficiente, disminución del turismo, y pobreza en la población”, según refiere el estudio.
Mi contacto con el puerto de Acapulco se dio principalmente debido a mi labor como promotor de la Riviera Nayarit, en el Tianguis Turístico. Esta feria turística, considerado el evento más importante en su tipo en México, se lleva a cabo desde 1975 y desde su creación y hasta el año 2011 se realizó en el puerto de Acapulco; sin embargo, a partir del 2012 se convirtió en itinerante cambiando de sede, pero regresando a Acapulco cada dos años. Precisamente, el evento se realizaría allí en el 2024, sin embargo, a cómo están las cosas, los organizadores y el gobierno federal deberán trabajar a marchas forzadas para reubicarlo.
Ante la situación que está viviendo Acapulco, mi reflexión es que debemos ser empáticos con otros destinos turísticos y poner las “barbas a remojar”, sobre todo porque la situación se ha vuelto aún más complicada debido a las modificaciones en el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), lo que plantea interrogantes sobre la capacidad del gobierno federal para proporcionar la asistencia necesaria en momentos críticos. Ya tuvimos un llamado de alerta con “Lidia”, así que no debemos confiarnos.
No me cabe duda de que Acapulco podrá recuperarse y volver a ser algún día un destino turístico de renombre, pero se necesita un esfuerzo concertado por parte de las autoridades locales, estatales y federales, así como una inversión significativa en infraestructura, seguridad y promoción turística por parte de la iniciativa privada. Un desafío que debe asumirse con determinación y un compromiso a largo plazo. ¿Estarán dispuestos a asumirlo?
¿Qué piensan ustedes? Envíenme sus comentarios.
(*) Especialista en consultoría y desarrollo turístico/inversión y gestión inmobiliaria.
