Por Jorge Berry

Empecemos por lo de Ciro. Ciro Gómez Leyva es un periodista serio, con muchos años de experiencia, quien siempre ha tratado de ser objetivo, y esto no me lo cuentan. Lo sé, porque alguna vez coincidimos cuando ambos trabajábamos en Radio Fórmula, y sus noticieros siempre han ofrecido las dos o más versiones de los hechos. Basta ver su noticiario nocturno en Imagen para saberlo. Mire Ud. que invitar todas las semanas al impresentable narcoproductorEpigmenio Ibarra para que salga a justificar todas las barbaridades de este régimen es muestra de ese esfuerzo.

Ciro, como Ud., querido lector, seguramente ya sabe, sufrió un atentado contra su vida el viernes pasado, cuando salía después de trasmitir su programa. Dos hombres en una motocicleta rafaguearon su camioneta, cuando llegaba a su casa. Tiraron a matar. Ciro salvó la vida, porque la camioneta que conducía era blindada. Hasta allí los hechos.

Las cifras de la ONU señalan a México como el país más peligroso para ejercer el periodismo, incluso por encima de Ucrania, que está en guerra. Tan solo este año, 17 periodistas han sido asesinados, 12 de ellos directamente relacionados a su trabajo. Es el año más letal en la historia de nuestra profesión. Es decir, el atentado a Ciro es solo una más de las agresiones sufridas por el gremio.

¿Por qué? Hace años, cuando comenzaron a producirse estos ataques, se creó la procuraduría para la protección de periodistas. Nunca hizo nada, ni resolvió casos, ni detuvo a nadie. Y esto fue antes del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador. Desde que

AMLO asumió la presidencia, los ataques contra periodistas han ido cada vez peor. Y no es una casualidad.

En las mañaneras de esta semana, el presidente habló mucho del atentado a Ciro. Primero, dijo que se investigaría a fondo para dar con los responsables. Lo mismo afirmó la jefa de gobierno de CDMX Claudia Sheinbaum. Pero al paso de los días, AMLO fue modificando su narrativa, hasta que acabó por asumir el papel de víctima. Dijo, de arranque, que podría haberse tratado de un autoatentado. De ese tamaño. Luego rectificó, y dijo que intereses oscuros quieren desestabilizar su gobierno, y por eso la agresión. Es muy fácil decir todo esto cuando la víctima del atentado es un enemigo suyo, porque no ha parado de criticar y azuzar a sus seguidores en contra de muchos periodistas, pero en específico, Ciro Gómez Leyva, Carlos Loret, Joaquín López-Dóriga y Sergio Sarmiento. Dado el nivel de fanatismo que implica formar parte del obradorismo, es de esperarse que cualquiera de sus loquitos lo tome en serio, y decida eliminar a un opositor de su mesías. TODOS los periodistas que criticamos al régimen estamos en riesgo.

El colmo fue cuando su jefe de prensa soltó a sus botsa cuestionar por qué Ciro traía una camioneta blindada. Es decir, lástima que se salvó. ¿Pues en qué país vivimos ya?

Casi 200 periodistas firmamos una carta exigiendo al presidente garantías para ejercer nuestra profesión. Créanme que la necesitamos. Y ningún periodista serio ha siquiera sugerido culpar personalmente al presidente. Por el tiempo que conviví con él, sé que no es capaz de ordenar la muerte de nadie. ¿Pero quién responde por sus fanáticos? Ve uno los tuits del propio Epigmenio Ibarra, o del dizque maestro de U de la G Jorge Gómez Naredo, y parece que estuvieran deseando que el atentado hubiera sido exitoso.

Y mientras, cada vez hay más pobreza, el sistema de salud se cae a pedazos, se gasta el dinero en trivialidades faraónicas, y ahora será peor, porque necesitan financiar las campañas. Pero eso sí, hacemos una alharaca internacional para darle asilo político a la familia del golpista peruano Pedro Castillo. Ya Perú echó a nuestro embajador, y tanto él como AMLO fueron declarados personas non gratas.

Yo me sigo preguntando cómo llegamos a esto. Ni en mi peor pesadilla pensé que López Obrador iba a llegar a estos extremos de locura, y menos que todavía haya incautos que lo sigan. Pero una cosa es inobjetable. México no aguanta otros seis años de políticas retrógradas y nacionalistas. Si en 2024 el ganador de elección insiste en continuar por el camino de la 4T, estamos fritos y liquidados. De este México mágico que todos amamos, solo quedarán recuerdos.

¡Hasta el lunes, amigos de Bahía y Vallarta!

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