LA MIRADA INCÓMODA

“En un mundo que está cambiando tan rápido, la única estrategia que está garantizada a fracasar es no tomar riesgos”: Mark Zuckerberg.

Por Alfredo César Dachary – cesaralfredo552@gmail.com

Hemos perdido la dirección o nos ocultan la información y, como consecuencia de ello, solo vemos en una sola dirección, hacia el Valle del Silicio, que ha jugado un papel fundamental en los grandes avances tecnológicos, pero no está solo, ya que, de ser así, la 4ª. Revolución Industrial y la 5ª. Revolución Industrial serían el fruto unilateral.

Hace pocos años que los jóvenes y gran parte de la emergente sociedad digital se informa a través de las redes sociales, desde Facebook a YouTube, Instagram, Tik-Tok, Snapchat y Pinterest, entre las más cercanas a nosotros, para unos una nueva “democratización”, para otros una nueva “masificación” de un mundo cada día con más asimetrías, aunque parezca lo contrario.

Siempre nos informan del otro mundo, ya que se ha instalado que el mundo gira en un eje occidental, a pesar que hoy un nuevo eje está en Oriente, con sus potencias tecnológicas, desde China a India, pasando por Japón y Corea del Sur, por nombrar las más significativas.

DE LA NASA A ROSCOSMOS

En 1957 se lanzó el primer satélite, se envió el primer hombre al espacio, todo desde una lejana base ubicada en el Oriente del país de 11 husos horarios, conocido en esa época como la URSS. Así se inicia la carrera espacial en esa época entre Estados Unidos y la URSS, que había tomado la delantera, mientras el primero lideraba la era atómica iniciada en 1945, con el lanzamiento de dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaqui, con un alto nivel de víctimas y con consecuencias hasta la actualidad, los soviéticos reconstruían su país luego de la gran guerra y se preparaban para un salto memorable.

El impacto fue tan grande que en plena “guerra fría”, en 1962 John F. Kennedy y Nikita Kruschev intercambiaron misivas para buscar colaboración en el recién iniciado tema espacial y se lograron avances en satélites meteorológicos, alcanzando mantener una situación estable de “distensión” y  colaboración, la cual fue abruptamente interrumpida en 1975, cuando se perpetuó la invasión rusa a Afganistán, pero sin embargo se reinicia la comunicación con el proyecto de prueba de la Apolo-Soyuz, la colaboración, en otros campos de la carrera espacial.

A comienzos de esta época, en 1975, dos cápsulas se unen y permiten un saludo de ambos cosmonautas, en esa época los rusos tenían una estación espacial Salyut. A consecuencia de estos avances, vienen proyectos especiales como los vuelos espaciales del programa Shuttle – Mir y luego la estación Espacial Internacional.

En 1958, siendo presidente el General D. Eisenhower, se creó la NASA que significa, Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, que es la agencia del gobierno estadounidense responsable del programa espacial civil, así como de las investigaciones aeronáutica y aeroespacial en Estados Unidos.

El 29 de julio de 1958 se aprobó la Ley Nacional del Espacio y la Aeronáutica, remplazando así el antecesor de la NASA y el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica (NACA), y el 1 de octubre de ese año comenzó a funcionar la nueva agencia, con sede oficial en la ciudad de Washington y una larga serie de bases y campos de lanzamientos, destacando Cabo Cañaveral, sede del centro espacial John F. Kennedy.

En 1992, luego del colapso de la URSS , Roscosmos era conocida como la Agencia Rusa de Aviación y Espacio, con sede en Moscú, mientras que el centro espacial principal de Control de la Misión se encuentra en la cercana ciudad de Koroliov.

El Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Gagarin, inaugurado en enero de 1960, se encuentra en la Ciudad de las Estrellas, cercano a Moscú y las instalaciones de lanzamiento utilizadas son el  Cosmódromo de Baikonur en Kazajistán (con la mayoría de los lanzamientos que tienen lugar allí, tanto tripulados como no tripulados), y el Cosmódromo Vostochni se está construyendo en el Extremo Oriente ruso en el  Óblast de Amur (división administrativa) que viene de siglos atrás durante el Imperio Zarista.

En 2015, el gobierno ruso fusionó a la Agencia Espacial Federal con United Rocket and Space Corporation, la industria espacial rusa renacionalizada, para crear la Corporación Espacial Estatal Roscosmos.

Pero son solo dos países, hay muchos más en esta gran carrera por llegar al futuro para poder sobrevivir aquí o en otro planeta ya identificado, pero aún lejos con la tecnología actual.

EUROPA OCCIDENTAL COMO UNIDAD. LA AGENCIA ESPACIAL EUROPEA (ESA)

Europa Occidental, en la segunda mitad del siglo XX, se integró para crear la Unión Europea luego de varias experiencias, y en 1975 se constituyen como un macro programa que venían desarrollando los países europeos y a ellos luego se les sumó Canadá.

La Agencia Espacial Europea es una organización internacional dedicada a la exploración espacial, con 22 Estados miembros. Fue constituida el 31 de mayo de 1975 y en la actualidad emplea a unas 2,000 personas ​​ y tenía un presupuesto de 6,680 millones de euros para el año 2020 y se planteó desde el comienzo hacer del espacio el futuro negocio de Europa, y es la única agencia de la UE que participa en toda clase de misiones.

Lo importante y visionario fue que, para la ESA, el espacio existió siempre como un horizonte no una frontera, un objeto a largo plazo para brindar y proporcionar la cooperación e innovación europea, en una gran cruzada que integra a muchos países y sus mejores recursos científicos y se plantearon una visión geopolítica y geoeconómica una generación antes que la actual.

Esta organización fue creada por el grupo que promovió la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), por lo que no estuvo sujeta a presiones como la NASA y el programa de la URSS, debido a los temas políticos que lo llevaron a una larga competencia.

El objetivo inicial de la ESA era abordar la ciencia aeroespacial y sus programas, con enfoque colaborativo y, a partir de allí, desarrollar una plataforma de lanzamiento, que se ha logrado consolidar con bases sólidas y trabaja con otros centros internacionales como la NASA, en Sudamérica en Guyana, territorio de ultramar francés y un importante base de lanzamiento al espacio.

Esta institución está financiada por todos los países miembros y naciones asociadas y, por ende, de su socio la Unión Europea, y sus principales aportantes son: Francia 28.1%; Alemania 22.2 %; Italia 10.1%; Gran Bretaña 8.8% y España 4.8%, pero hay varios países más últimamente integrados, que han sido fundamentales en la obtención y manejo de los financiamientos para este gran reto.

Hay dos casos interesantes en Europa: Escocia, que hoy está en busca recuperar su soberanía y Luxemburgo, un centro financiero de fama mundial.

El caso de Escocia es interesante porque fue esta actividad el eje del cambio tecnológico y del empleo, en una región aislada y mucho más hoy, después del Brexit, a la vez detonante de su nacionalismo emergente. En Escocia se construyen la mayoría de los nano-satélites de Gran Bretaña, ya que un 20% de la industria espacial de Gran Bretaña está allí.

Con 130 empresas aeroespaciales, en Escocia se generan fuertes ingresos, que para el 2018 llegaron a ser de 140 millones libras, y la industria espacial en el Reino Unido creció en un 3.3% anual, y en el caso de Escocia logró aumentar un 27% en el año 2018, o sea, que en las primeras dos décadas del siglo XXI lograron esta transformación.

Un papel central lo jugó la Universidad de Escocia y, de forma específica, el Bayes Centre de la Universidad de Edimburgo, fruto de una investigación que se logró desarrollar en una alianza con la industria y el sector privado.   

Los Big Data o macro datos son el nuevo petróleo del siglo XXI, y esto lo asume Edimburgo que ha logrado transformar los datos en bruto en productos y servicios guiados por ellos.

El gobierno escocés ha financiado proyectos espaciales para generar un ecosistema de industria espacial, que puede ampliarse a otras áreas, como sería una base de lanzamiento. Así se asignaron 35,1 millones de libras para crear los lanzamientos verticales en el condado de Sutherland, uno de los puntos más altos de Europa, para transformarlo en un centro de lanzamiento europeo y se estima que para el 2030 el sector espacial alcanzaría un valor de 4,000 millones de euros.

LUXEMBURGO: CENTRO FINANCIERO INTERNACIONAL Y NÚCLEO ESPACIAL DE EUROPA

Recién en el 2005, Luxemburgo se convirtió en miembro de la Agencia Espacial Europea, y en el 2018 se plantea un cambio radical positivo, ya que en vez de lanzar misiones o participar en ellas, invirtió directamente en empresas aeroespaciales.

Luxemburgo Space Fund. tiene la intención de recaudar 100 millones de euros para financiar a los emprendedores espaciales emergentes, y asegurar que las sedes de estas nuevas empresas se queden en el gran Ducado junto a un clúster de 30 empresas destacadas que produjeron más de 2,000 millones de euros y que operan en tres segmentos de mercado: el espacial con la fabricación de satélites y los sistemas de integración de los micro satélites y la propulsión electrónica de satélites; el terrestre, desarrollo de estaciones y equipos de servicios mecánicos en tierra y las redes de comunicación y el segmento de los servicios de tele puertos, de satélites de banda ancha, de gestión del riesgo y de información aeronáutica.

La importancia que han tomado estas alianzas, se comprueba, ya que en 2018 se unieron a este clúster tres grandes empresas de Estados Unidos, con la especialidad en brazos robóticos y pequeños roveres planetarios y ellas son: CubeRover; Hydrosat y Made in Space. El atractivo de Luxemburgo está en la visión del gran marco jurídico internacional y el comercio de este pequeño país de no más de medio millón de habitantes, no es casualidad porque es el segundo país del mundo con mayor producto interior bruto per cápita.

En Luxemburgo, la economía y la estabilidad política y financiera están en la base de estos nuevos negocios de la industria espacial, y ello fue debido a que a partir del 2000 comenzó una reingeniería de la economía del Ducado para reducir la presencia en la banca of short, por la presión de la ACDE y UE, y ello lo llevó a incentivar inversión extranjera en nuevas industrias, básicamente de la 5ª. Revolución Industrial.

Así tenemos que, en un corto plazo, lograron cooperación y sana competencia con núcleos industriales emergentes de la industria espacial.

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