Steven Spielberg muestra su  talento en ‘West Side Story’ 

En Estados Unidos, las partes del guion en español no han sido subtituladas 

Agencias/Nueva York 

Al comienzo de la nueva versión de ‘West Side Story’ firmada por Steven Spielberg, los Jets silban, chasquean los dedos y hacen piruetas alrededor de Nueva York, una ciudad que se asoma y se extiende, pero que todavía no es tan grande como la conocemos hoy. La gentrificación es la primera escena de una obra de la que conocemos cada acorde de la música de Leornard Bernstein, cada paso de la coreografía de Robbins, cada letra de Stephen Sondheim, pero que no es ni mucho menos la misma película.  

«Desde que decidí ser director quise hacer ‘West Side Story’. Desde que tenía 10 años y escuché el álbum original del elenco de Broadway, hasta que vi la película en el 61, o cuando veía las producciones teatrales a lo largo de los años, pensaba en recrear esta historia. 

Siempre ha sido mi musical favorito y su música es parte de mi vida, de la vida de mis hijos. Antes de decidirme, fui a Tony Kushner y le pregunté: ¿Aceptarías adaptar un guión del musical original de Broadway, no de la película del 61? Su decisión ayudó a despertar mis intenciones». El complicado legado de ‘West Side Story’, cuya combinación de arquetipos juveniles y estereotipos étnicos ha sido durante mucho tiempo una fuente de controversias, se transforma en manos del creador de ‘Tiburón’. 

El triunfo de Spielberg es incluir a Rita Moreno, la inolvidable Anita en 1961 y por la que ganó un Oscar, adaptándola como el personaje de la mujer de Doc. «Contar con Rita en esta película ha sido un honor, un privilegio del que me siento muy honrado. Hemos cambiado ciertos elementos del guión original porque creo que era necesario. Nos hemos dejado influir más por el musical que por la primera versión de la película», explica Spielberg. 

Cuando los estadounidenses se sientan a ver la aclamada y esperada nueva adaptación de ‘West Side Story’ firmada por Spielberg, notan algo inusual: las partes del guión en español no están subtituladas. El legendario director tomó esta decisión para remarcar la importancia de esta lengua en los Estados Unidos y así lo explica en esta entrevista.  

«No he querido subtitular nada del español por respeto. Nuestra intención fue contratar a un elenco latino, totalmente latino, para interpretar a los jóvenes que representan el grupo de los Shark. Ese fue el mandato que le di a Cindy Tolan, directora de casting de la película, no solo los actores son latinos sino que pertenecen a una familia donde los padres y los abuelos son latinos. Tenemos 20 artistas en nuestra película con orígenes en Puerto Rico, eso fue muy importante para mí. Y eso va de la mano con no subtitular el español. Si subtitulaba el español, daba el doble de poder al inglés sobre el español y eso no iba a pasar en esta película. Necesitaba respetar el idioma lo suficiente como para no subtitularlo», apunta el cineasta. La realización cinematográfica de Spielberg, es un lenguaje tan intuitivo que cualquier espectador lo entiende. Vale la pena señalar que el realizador más popular de Estados Unidos nunca antes había dirigido una cinta en el género cinematográfico más popular de Estados Unidos. 

Cuando los Sharks y los Jets convergen en el gimnasio a bailar el mambo, los deslumbrantes remolinos de color emocionan. La colisión de cuerpos, de temperamentos, culturas, identidades, son una reflexión física de lo que ocurre en la sociedad norteamericana. «Los diálogos en español estaban escritos en el guión. Fue intencional. Por respeto al idioma decidimos no subtitular nada del español. Ese idioma tenía que existir en proporciones iguales al inglés y sin ayuda para la audiencia anglosajona. Que en la mente de la audiencia la posibilidad de decidir si lo quieren entender, creo que si están atentos pueden comprender el español. Quiero que el público de habla hispana y el público de habla inglesa se sienten juntos en el teatro y se escuchen unos a otros, que los americanos disfruten de las risas provenientes de los latinos en el teatro, de la audiencia de habla hispana. Porque somos un país bilingüe y mi película es la representación de un país que es bilingüe». 

West Side Story nunca tuvo la intención de representar a las comunidades puertorriqueñas. Sus creadores originales Stephen Sondheim, Leonard Bernstein, Jerome Robbins y Arthur Laurents admitieron que su intención era contar la historia de Romeo y Julieta basada en la ciudad de Nueva York. En la versión original, dos actores blancos fueron elegidos para dos de los principales papeles puertorriqueños: George Chakiris como Bernardo y Natalie Wood como María. No fue hasta el renacimiento en Broadway del musical, en los 80, que el público pudo ver a los artistas latinos en esos roles expresamente hechos para puertorriqueños. «Sondheim fue la primera persona que conocí cuando busqué los derechos para hacer nuestra versión de West Side Story. Fue la primera persona con la que me senté y me reuní en la ciudad de Nueva York, en su casa, en persona. Nos habíamos conocido antes porque mi compañía hizo Sweeney Todd, la adaptación con Johnny Depp. Y luego, nos encontramos en la Casa Blanca cuando recibimos la Medalla Presidencial de la Libertad. Steve, Barbra Streisand y yo, los tres juntos». 

La nueva adaptación de Spielberg está protagonizada por la recién llegada Rachel Zegler como Maria, Ansel Elgort como Tony, Ariana DeBose como Anita y David Alvarez como Bernardo. El guión está escrito por el dramaturgo ganador del Pulitzer por ‘Angels in América’ Tony Kushner, quien ha trabajado con Spielberg en ‘Múnich’ y en ‘Lincoln’. «No creo que haya una escena en esta película en la que Tony y yo no sintamos que es absolutamente perfecta. Cada escena es una progresión hacia el punto siguiente dentro de la historia. Por lo tanto, cada secuencia tiene un papel esencial en la celebración de estar vivo y en la tragedia que se vive dentro de la narración. Creo que el mensaje invita al diálogo porque siempre se debe intentar conversar antes que pelear», revela el director. Dirigir un musical, una versión de un musical que ha amado desde la infancia, ha sacudido algo dentro de Spielberg. «Sí. Ha sido el rodaje más familiar y encantador que he tenido desde que hice E.T. Me sentí como el padre de todos estos niños, puedo decir que esta es una familia muy diversa».

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