Por Liliana Moscoso/AFP y DPA/Europa

En las últimas 24 horas, Islandia reportó unos 800 temblores, según indicó el Instituto Meteorológico local.

Esto dejó al país en la antesala de una erupción volcánica.

“En resumen, la probabilidad de una erupción sigue siendo alta”, advirtió la dependencia.

Ante esto, cuatro mil personas fueron evacuadas ante la emisión de la alerta máxima que activaron las autoridades el viernes pasado.

La mayoría de ellas vivía en el municipio de Grindavík, en el oeste del país.

Autoridades desplegaron maquinaria pesada para desbloquear caminos tras la actividad volcánica.

Esta localidad está cerca del balneario geotérmico Blue Lagoon, popular destino turístico que cerró temporalmente por precaución.

La ciudad también está cerca de la central geotérmica de Svartsengi, principal proveedor de electricidad y agua para los 30 mil habitantes de la península de Reykjanes.

Además, en algunas zonas, la tierra se fracturó y los vapores subterráneos emanaron desde las grietas debido a que, según algunos expertos, el magma se está acercando a la superficie terrestre.

Islandia tiene 33 sistemas volcánicos activos, el mayor número de Europa.

Tan es así que en los últimos dos años, el magma ya ha salido a la superficie en esta zona en otras ocasiones.

Sin embargo, la sustancia emergió a través de pequeñas fisuras que no suponían amenaza alguna.

La última vez que una gran erupción amenazó a una zona habitada fue en 1973, cuando la lava sepultó parte de un pueblo en las islas Vestman.

Esta isla del Atlántico norte se superpone a la dorsal mesoatlántica, grieta que separa las placas tectónicas Euroasiática y Norteamericana.

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